La organización del PSUC del Bajo Llobregat aprueba la invasión soviética de Afganistán

La organización del PSUC de la comarca del Bajo Llobregat acordó pronunciarse en favor de la invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética. Según El Periódico, el acuerdo fue adoptado en la conferencia regular de dicha organización comunista, por 121 votos a favor, 113 en contra y nueve abstenciones.

La misma organización del PSUC -una de las más importantes y mejor implantadas- acordó por mayoría omitir la palabra «eurocomunismo» en su resolución política.Ello constituye el punto más visible de interés respecto a una fuerte polémica interna, a nivel de todo el PSUC, sobre ...

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La organización del PSUC de la comarca del Bajo Llobregat acordó pronunciarse en favor de la invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética. Según El Periódico, el acuerdo fue adoptado en la conferencia regular de dicha organización comunista, por 121 votos a favor, 113 en contra y nueve abstenciones.

La misma organización del PSUC -una de las más importantes y mejor implantadas- acordó por mayoría omitir la palabra «eurocomunismo» en su resolución política.Ello constituye el punto más visible de interés respecto a una fuerte polémica interna, a nivel de todo el PSUC, sobre la invasión de Afganistán. La invasión fue inicialmente condenada por el secretariado del Comité Central, postura reiterada por el pleno del mismo organismo, reunido los días 12 y 13 de enero.

Pero, según fuentes directas, en el seno del Comité Central se dio una minoría cualificada, de unas veinte personas, en favor de evitar toda condena de la invasión. Entre los que votaron en este sentido figuraba el dirigente obrero Francisco Frutos, quien hasta hace unas semanas era secretario de organización de las CCOO catalanas, cargo que abandonó para pasar a ser el candidato número tres de la lista comunista por Barcelona, en las próximas elecciones estatutarias catalanas. En el último congreso del Partido Comunista de España, Frutos fue el encargado de defender la permanencia del término «leninismo» en la definición del partido. El pasado año efectuó una estancia en la Unión Soviética, invitado por los sindicatos de aquel país.

En cambio, destacadas figuras de lo que constituyó la tendencia «leninista» del PSUC votaron, en aquella sesión del Comité Central y en otras reuniones orgánicas, a favor de una condena de la acción militar de la URSS.

Fuentes de este sector «leninista» calificaron a la dirección comarcal del Bajo Llobregat del PSUC de «residuos del estalinismo» y criticaron abiertamente su forma de obrar. Indicaron también que la mayoría de organizaciones del PSUC habían ya condenado la invasión soviética, pero que esta postura no era unánime y que incluso podía darse el caso que otras organizaciones territoriales adoptasen la posición del Bajo Llobregat. «Pero siempre serán una minoría», agregaron las fuentes.

Tradicionalmente, el Bajo Llobregat ha sido una zona en la que la fuerte y vieja implantación comunista ha corrido paralela a fuertes tensiones internas. Una de las razones de la tensión consistía en que existió allí una cierta implantación de la organización maoísta Bandera Roja, ingresada en el PSUC junto con sus dirigentes (Jordi Solé Turá y Jordi Borja, esencialmente), quienes curiosamente adoptaron posiciones situadas a la derecha, dentro del partido.

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