Datos sobre unas cámaras desproporcionales y bipartidistas

El estudio cuantificado sobre la falta de proporcionalidad entre los escaños del Parlamento y la población española, y un análisis detallado sobre la tendencia a una definición bipartidista del Congreso y el Senado, son algunas de las aportaciones del libro Cortes Generales, 1979-1983. Claves del Parlamento, que acaba de aparecer y del que es ,autor el Equipo de Documentación Política que dirige el periodista Bernardo Díaz Nosty.En cuanto al primer aspecto citado, la obra parte de la referencia que hace la Constitución a los «criterios de representación proporcional» para la elección de...

El estudio cuantificado sobre la falta de proporcionalidad entre los escaños del Parlamento y la población española, y un análisis detallado sobre la tendencia a una definición bipartidista del Congreso y el Senado, son algunas de las aportaciones del libro Cortes Generales, 1979-1983. Claves del Parlamento, que acaba de aparecer y del que es ,autor el Equipo de Documentación Política que dirige el periodista Bernardo Díaz Nosty.En cuanto al primer aspecto citado, la obra parte de la referencia que hace la Constitución a los «criterios de representación proporcional» para la elección del Congreso de los Diputados y a la alusión a la distribución de escaños, «en proporción a la población». Según los datos ofrecidos, el desequilibrio en la distribución proporcional de los diputados muestra un exceso de escaños en las zonas con territorio más extenso y menos poblado, mientras que se observa un déficit de diputados en los núcleos con un índice mayor de concentración de población. Así, Castilla-León, con 44 escaños (una distribución equilibrada le atribuiría 33), y Castilla-La Mancha, con 21 (le corresponderían dieciséis) cuentan con once y cinco escaños, respectivamente, de superávit de representación en el Congreso. Como contrapartida, Cataluña, que tiene 47 diputados (proporcionalmente le corresponderían 58); Madrid, con 32 (teóricamente habría de tener 41) y País Valenciano, con 29 (le corresponderían 33), cuentan con un déficit de representación que el libro citado cifra en once, nueve y cuatro diputados, respectivamente.

Por lo que se refiere al perfil bipartidista de las Cámaras, la obra destaca el dato de que Unión de Centro Democrático (UCD) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que sumaron el 1 de marzo de 1979 el 65,28% de los votos válidamente emitidos, obtuvieron, entre los dos, 289 de los 350 escaños del Congreso (esto es, un 82,57%) y 186 de los 208 del Senado (o sea, 89,42% de esta Cámara). Por regiones, la tendencia hacia una definición bipartidista del Parlamento se acentúa en las dos Castillas, Extremadura, Murcia y, Baleares, en las que, con un total conjunto de votos entre el 77% y el 83%, UCD y PSOE obtuvieron el 100% de los escaños. Esta prepotencia centrista-socialista se quiebra en el País Vasco-Navarra, donde los dos grandes partidos obtuvieron sólo el 39,85% de los votos y catorce de los veintiséis escaños en litigio (ocho UCD y 6 PSOE), y se suaviza en Cataluña, donde, con un 49,20% del total de votos, socialistas y centristas lograron 29 de los 47 diputados (diecisiete PSOE y doce UCD).

Cortes Generales, 1979-1983. Claves del Parlamento, ofrece otros datos de interés sobre el conjunto de las Cámaras, como la edad media de los parlamentarios, que ha bajado a 45,2 años respecto a las Cortes constituyentes -en las que era de 46,5 años-; la presencia de 44 antiguos procuradores de las Cortes franquistas, y la exigua representación femenina. Sobre esta última, se matiza que la elección de veinticinco mujeres (diecinueve diputadas, esto es, el 5,43% del total, y seis senadoras, o sea, el 2,88% de esta Cámara) responde a la escasa presencia de mujeres en cabeza de lista para las elecciones del 1 de marzo de 1979: 56 sobre el total de 730 candidaturas.