Apotéosico recibimiento en Rodesia al líder guerrillero Joshua Nkmo

Funcionarios del Gobierno británico en Salisbury han expresado su satisfacción por el discurso «moderado y conciliador» pronunciado por el dirigente nacionalista Joshua Nkomo, a su regreso a la capital rodesiana el pasado domingo, tras un exilio de tres años y medio.

Nkmo, colíder, con Robert Mugabe, del Frente Patriótico y presidente de la Unión de Pueblos Africanos de Zimbabwe (ZAPU), fue objeto de una recepción calificada por observadores imparciales de «verdaderamente triunfal», cuándo se dirigió a sus partidarios congregados en Highfield, un arrabal de la capital rodesiana.Cent...

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Funcionarios del Gobierno británico en Salisbury han expresado su satisfacción por el discurso «moderado y conciliador» pronunciado por el dirigente nacionalista Joshua Nkomo, a su regreso a la capital rodesiana el pasado domingo, tras un exilio de tres años y medio.

Nkmo, colíder, con Robert Mugabe, del Frente Patriótico y presidente de la Unión de Pueblos Africanos de Zimbabwe (ZAPU), fue objeto de una recepción calificada por observadores imparciales de «verdaderamente triunfal», cuándo se dirigió a sus partidarios congregados en Highfield, un arrabal de la capital rodesiana.Centenares de policías fuertemente armados, en su mayoría de raza blanca, vigilaban las dependencias del aeropuerto de Salisbury, donde se habían adoptado las más rigurosas medidas de seguridad jamás vistas en el país. Sólo un pequeño grupo de seguidores del líder nacionalista negro pudo acercarse para darle la bienvenida.

En el aeropuerto, en una conferencia de prensa, Nkomo hizo un llamamiento a la reconciliación de todos los grupos de Rodesia. Nkomo, que estuvo a punto de romper en llanto durante la conferencia de prensa en el aeropuerto, desestimó las amenazas de muerte que le han lanzado muchos blancos.

Las cifras de asistentes al mitin varían según la procedencia de las fuentes, desde 120.000 personas, dada por la policía rodesiana, a dos millones, ofrecida por algún enfervorizado partidario de Nkomo. La prensa londinense se inclina por enire 150.000 y 200.000. Pero lo que es evidente es que, cualquiera que sea la cifra la verdad, según todas las opiniones contrastadas, es que el número de asistentes, por lo menos. doblaba al conseguido por el ex primer ministro, obispo Abel Muzorewa, en un mitin similar celebrado también en Highfield, el domingo anterior.

La reacción de Muzorewa no ha hecho sino confirmar su preocupación ante el número de partidarios del dirigente nacionalista. En una declaración hecha ayer, el obispo ha advertido sobre «el peligro que supone votar en las próximas elecciones a los que vienen con las manos manchadas de sangre», y ha repetido que «una victoria del Frente Patriótico supondría la guerra para Zimbabwe».

En su alocución, Nkomo se mostró a las masas como el Puturo líder de Zimbabwe e, ignorando los continuos ataques dit Muzorewa al Frente Patriótico, hizo un llamamiento a la paz y a la reconciliación nacional y manifestó que «el Frente Patriótico había sido creado para la totalidad del pueblo de Zimbabwe». .

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El líder del ZAPU confirmó- que su partido concurriría a las próximas elecciones generales, previstas para la segunda mitad, de febrero, con la etiqueta de Frente Patríótíco, «a pesar de la decisión del otro líderde la alianza, Robert Mugabe, de participar por separado con su formación Política, la Unión Nacional Africana de Zimbabwe o ZANU?.

Más observadores

Nkomo, que utilizó conjuntamente él inglés y el idioma nativo de las tribus Shonba para dirigir a sus partidarios, condenó la muerte de siete dé sus partidarios, el pasado jueves por las fuerzas de seguridad rodesianas, pero se abstuvo de realizar un ataque directo al gobernador, lord Soames, o al Gobierno británico. Se limitó a pedir que la fuerza observadora de la Commonwealth, compuesta por 1.200 hombres, fuera ampliada, por lo menos, a 5.000, para impedir la repetición de esos incidentes.Los siete guerrilleros del Zipra, el ejército de Nkomo, fueron muertos cuando se negaron a ser desarmados en uno de los puntos designados para la concentración por la policía de seguridad rodesiana. El presidente Nyerere, de Tanzania, calificó el domingo la acción de la policía de Salisbury como «un asesinato a sangre fría» y acusó a Gran Bretaña de no observar los acuerdos de la Lancaster House.

Sin embargo, a pesar de estos incidentes, el alto el fuego puede considerarse hasta el momento como un éxito, ya que unos 21.000 guerrilleros se encuentran concentrados en los campos de reunión señalados al efecto, lo que indica un verdadero deseo del Frente Patriótico de poner fin a la guerra civil rodesiana que ha tenido siete años de duración.

Nkomo dejó muy clara su posición al afirmar que «el alto el fuego tiene que llevarnos a la independencia, a la paz y a la tranquilidad».

Entre tanto, preocupa a los funcionarios británicos la seguridad personal de los dirigentes nacionalistas. Cualquier atentado podría dar al traste con el complicado dominó preparado por los británicos en Rodesia. Por esta razón, cuatro inspectores especializados de la brigada especial de Scotiand Yard han sido asignados permanentemente a Joshua Nkomo, una medida similar a la que se adoptará cuando Robert Mugabe llegue a Salisbury, procedente de Mozambique, el próximo domingo.

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