No tan liberal

El hecho de haber tenido la paciencia de leer 1.137 números de su periódico me hace casi miembro de su familia y creo que me da derecho a darles algunos consejos para mejorar lo que podría llegar a ser el mejor periódico del país, pero que, desgraciadamente, va dejando paulatinamente de serlo.1. No pretendan aparecer como el avant garde de la prensa, lo que les hace con frecuencia aparecer como demagógicos, sensa6orialistas y hasta ridículos. Esfuércense simplemente en ser los mejores y más objetivos profesionales de lainformación y tengan elvalorde abrir sus páginas a todas las opinion...

El hecho de haber tenido la paciencia de leer 1.137 números de su periódico me hace casi miembro de su familia y creo que me da derecho a darles algunos consejos para mejorar lo que podría llegar a ser el mejor periódico del país, pero que, desgraciadamente, va dejando paulatinamente de serlo.1. No pretendan aparecer como el avant garde de la prensa, lo que les hace con frecuencia aparecer como demagógicos, sensa6orialistas y hasta ridículos. Esfuércense simplemente en ser los mejores y más objetivos profesionales de lainformación y tengan elvalorde abrir sus páginas a todas las opiniones, aun a aquellas que más les puedan desagradar.

2. Dejen de ser tan «europeos» V procuren ser más universales; al fin ,y al cabo, Europa es sólo una parte muy pequeña, y quizá -cada día menos importante, del mundo. No se dejen llevar, por ejemplo, por toda la fanfarria del mundo occidental sobre el trágico y a todas luces condenable suceso de los cincuenta norteamericanos prisioneros de unos fanáticos irresponsables, mientras se callan sobre la suerte de millones de hombres prisioneros del hambre y la enfermedad debido a siglos de dominación y egoísmo de este mismo mundo occidental.

3. Dejen ya su sectarismo «joméinico» en temas de religión y eviten publicar tonterías como que el Papa polaco «ha reconocido la excomunión y el milagro» (EL PAÍS SEMANAL, 30;-XII).

Finalmente, no se avergüencen de ser lo que son y de proclamarlo abiertamente. No es nada malo el tener una ideología definida, por absurda que a otros pueda parecer; pero es muy malo tenerla y esconderla pretendiendo engañar a sus lectores mostrándose como un periódico «liberal».