El progreso en el autogobierno, recuperación económica y pacificación, objetivos del País Vasco

El progreso en el autogobierno, la recuperación económica y la pacificación de Euskadi son los tres objetivos, «inseparables entre sí», que resaltó Carlos Garaikoetxea en su mensaje de fin de año, radiado anoche por varias emisoras del País Vasco.El discurso del presidente vasco cobró acentos particularmente dramáticos al reiterar su llamamiento a la reconciliación, para la que es preciso el «abandono de la estrategia de la violencia». «Es tarea de todos los vascos», señaló, «que en cualquier supuesto exijan el respeto a la libertad, a la vida y la integridad física de las personas, posicionán...

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El progreso en el autogobierno, la recuperación económica y la pacificación de Euskadi son los tres objetivos, «inseparables entre sí», que resaltó Carlos Garaikoetxea en su mensaje de fin de año, radiado anoche por varias emisoras del País Vasco.El discurso del presidente vasco cobró acentos particularmente dramáticos al reiterar su llamamiento a la reconciliación, para la que es preciso el «abandono de la estrategia de la violencia». «Es tarea de todos los vascos», señaló, «que en cualquier supuesto exijan el respeto a la libertad, a la vida y la integridad física de las personas, posicionándose firme y colectivamente frente a cualquier atentado a los derechos humanos, asumiendo, si es preciso, los inevitables riesgos personales que tal firmeza comporte.»

La «normalización de las expectativas de convivencia» es condición, a su vez, de «un auténtico relanzamiento económico». Es necesario para ello «acabar con los atentados, las extorsiones, la represión incontrolada que genera más violencia y, en definitiva, con la inseguridad y el miedo que sigue sembrándose en Euskadi».

Por lo demás, el «primer deber de solidaridad» obliga a prestar particular atención a «los miles de desempleados que padecen hoy e¡ azote del paro». Para hacerle frente es preciso que todos los vascos «pongan su esfuerzo y su capacidad inversora al servicio de la recuperación económica», esfuerzo que será paralelo al de «los poderes públicos vascos, que deberán aportar sus recursos materiales y de autoridad para facilitar dicho objetivo».

Con estas dos premisas, paz y relanzamiento, será posible, dijo Garaikoetxea, «levantar, piedra a piedra, el nuevo edificio autonómico», tarea para la que hay que contar con «las aportaciones constructivas de los diversos sectores políticos» y para la que «sobrarán, más que nunca, las posturas demagógicas y testimoniales que no se enfrentan con la difícil realidad de reconstruir, paso a paso, el país».

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