Diario independiente

Los que hace cuatro años celebramos con todo entusiasmo la salida de EL PAIS, entusiasmo que hemos mantenido por ser progresistas, tenemos casi totalmente perdida la ilusión que supieron insuflar a la mayoría de los ciudadanos, cuando comenzaron a hablar tan claro de muchas cosas que habían sido tabú durante tantos años y que nos gustaba leer a los trabajadores y clases oprimidas, pues estaban prestando un gran servicio a la democracia que se intentaba construir.Y digo que estamos perdiendo esa ilusión porque observamos que esa línea decididamente democrática e independiente que adoptaron se h...

Los que hace cuatro años celebramos con todo entusiasmo la salida de EL PAIS, entusiasmo que hemos mantenido por ser progresistas, tenemos casi totalmente perdida la ilusión que supieron insuflar a la mayoría de los ciudadanos, cuando comenzaron a hablar tan claro de muchas cosas que habían sido tabú durante tantos años y que nos gustaba leer a los trabajadores y clases oprimidas, pues estaban prestando un gran servicio a la democracia que se intentaba construir.Y digo que estamos perdiendo esa ilusión porque observamos que esa línea decididamente democrática e independiente que adoptaron se ha quebrado casi totalmente, y ahora en sus columnas lo que se pretende es dividir a la clase trabajadora.

Yo quiero ver en su nueva línea dos posturas. Una clarísima de pro gobierno, para congraciarse con los que les darán las mayores subvenciones posibles (habida cuenta de los difíciles tiempos que la prensa atraviesa), tratando en todas sus informaciones de contribuir a la división de los trabajadores, que es la política que el Gobierno de UCD está practicando. Y otra también muy clara de apoyo a la línea socialdemócrata-derecha de los socialistas-ugetistas (mejor dicho, de su dirección), que coincide plenamente con las alabanzas que la banca, la gran patronal y el propio Gobierno hacen diariamente de la línea de moderación adoptada en el último congreso de dicho partido. De esa forma contribuyen, en la medida de la fuerza que el periódico más progresista y más leído de España pueda tener, a la división de los trabajadores y ayudan a que nunca pueda llegar a gobernar el partido de izquierda que tuvo tantos votos como el centro, pues no ignoran que si para las próximas elecciones hubiese una coalición de partidos de izquierda se le daría el baño a la derecha y se implantaría en el país una auténtica democracia, que es lo que los señores de UCD no quieren que ocurra.