El fanatismo religioso resurge en Israel

Coches apedreados porque «profanan» la santidad del sábado judío. El apartamento de un joven religioso judío saqueado por fanáticos que no le consideran lo suficientemente piadoso. Una pareja hace el amor en un coche durante la noche en una colina, lejos de miradas indiscretas: «cazados» por un comando que había situado bajo vigilancia la zona «sospechosa», los dos jóvenes fueron arrastrados fuera del vehículo y golpeados salvajamente con piedras y bastones. La joven resultó levemente herida, pero su amigo tuvo que ser hospitalizado en grave estado. Todo esto ocurre en Jerusalén, donde los ate...

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Coches apedreados porque «profanan» la santidad del sábado judío. El apartamento de un joven religioso judío saqueado por fanáticos que no le consideran lo suficientemente piadoso. Una pareja hace el amor en un coche durante la noche en una colina, lejos de miradas indiscretas: «cazados» por un comando que había situado bajo vigilancia la zona «sospechosa», los dos jóvenes fueron arrastrados fuera del vehículo y golpeados salvajamente con piedras y bastones. La joven resultó levemente herida, pero su amigo tuvo que ser hospitalizado en grave estado. Todo esto ocurre en Jerusalén, donde los atentados perpetrados por fanáticos religiosos contra judíos laicos superan en número a los atentados cometidos por los palestinos.¿Se puede hablar de jomeinismo o jomeinitis? El fanatismo religioso que causa estragos en Oriente Próximo, ¿constituye un mal de nuestros tiempos o bien se trata de una enfermedad contagiosa?

Durante meses, comandos compuestos por fanáticos religiosos judíos «lapidaron» impunemente vehículos que atravesaron, el pasado sábado, un barrio poblado fundamentalmente por laicos.

El lunes, un comando laico, cansado de la pasividad de la policía ante los hechos citados, decidió pasar al contraataque e hizo irrupción en el barrio ultra-religioso, rompiendo los parabrisas de los coches allí estacionados y apedreando las casas. Al mismo tiempo, otro comando laico se encaminó hacia la residencia del ministro del Interior, Joseph Burg, lanzando eslóganes en los que equiparaban el ministro, a Jomeini, (Burg, responsable de la policía, es uno de los dirigentes del Partido Nacional religioso y, por tanto, difícilmente podría decidirse a utilizar las fuerzas de seguridad contra quienes defienden la santidad del sábado judío, aunque lo hagan a pedradas.) Al grito de «los anti Dios están ahí», los religiosos, en pijama, se lanzaron sobre los laicos e iniciaron una pelea que provocó numerosos heridos entre los dos bandos.

El presidente del «comité de autodefensa», instaurado en el barrio laico, lamentó el ataque contra el barrio religioso, pero explicó que «esta explosión de cólera espontánea de una decena de jóvenes es el resultado de las reiteradas provocaciones de los fanáticos religiosos que se comportan como auténticos terroristas».

El alcalde de Jerusalén, Teddy Kollek, recordó que ya tiempo atrás había advertido al ministro del Interior sobre la «inevitable degradación de la situación», si la policía no ponía fin a los apedreamientos de coches. «La intolerancia religiosa que se desarrolla en Jerusalén envenena el clima social», afirma el alcalde Kollek, quien añade que «el desprecio de las leyes por parte de los fanáticos es alentado por las actividades de los ultranacionalistas religiosos del Gush Emunim.

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