Jubany defiende la iniciativa privada frente a la estatal
El obispo de Barcelona, Narciso Jubany, ha dedicado su glosa semanal a defender la iniciativa privada frente a la estatal y el principio de subsidiariedad, en un escrito que lleva por título El Estado y la libre iniciativa.El cardenal Jubany afirma que «una de las características propias del "totalitarismo" consiste en querer suprimir, en las áreas fundamentales de la vida humana, la libre iniciativa privada de los ciudadanos, para sustituirla por la intervención directa y absoluta del Estado». El prelado catalán recuerda, según Europa Press, «un principio que, además de tener ca...
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El obispo de Barcelona, Narciso Jubany, ha dedicado su glosa semanal a defender la iniciativa privada frente a la estatal y el principio de subsidiariedad, en un escrito que lleva por título El Estado y la libre iniciativa.El cardenal Jubany afirma que «una de las características propias del "totalitarismo" consiste en querer suprimir, en las áreas fundamentales de la vida humana, la libre iniciativa privada de los ciudadanos, para sustituirla por la intervención directa y absoluta del Estado». El prelado catalán recuerda, según Europa Press, «un principio que, además de tener carta de ciudadanía en la ética cristiana, constituye uno de los requisitos más fundamentales de toda auténtica democracia. Es», añade, «el llamado principio de subsidiariedad». Jubany recuerda que es «garantía de libertad».
El obispo de Barcelona dice también que «hoy, en nuestro país, apenas nadie recuerda el principio de subsidiariedad. A pesar de ser tan enormemente actual, estamos viviendo una época en la cual la meta de un cierto "totalitarismo" es indiscutible para ciertas ideologías: jugando equivocadamente con las palabras "servicio público" aturden a los ciudadanos y quieren, llegar a monopolizarlo todo, principalmente en los campos escolar, sanitario y asistencial». El cardenal recuerda la frase de que «lo que los hombres particulares pueden llevar a cabo por su propia iniciativa y por sus propias fuerzas, no se les puede sustraer para encomendarlo a la sociedad».