Arrabal el Evangelio y eI PCE
Como lector asiduo de ese periódico, votante del PCE y afiliado a Comisiones Obreras, les propongo que incluyan a Fernando Arrabal en la nómina de EL PAIS, para que se encargue de una nueva sección: «Explicación del Evangelio».Como trabajador, estimo que sus opiniones cristianas serán de gran valor a la hora de desfacer el entuerto marxista de la lucha de clases, a la hora de que las clases y pueblos explotados de todo el mundo puedan, mediante la doctrina del «anarquismo a lo divino», llegar a la salvación eterna, objetivo mucho más apetecible que la prosaica «obtención de soluciones eficaces...
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Como lector asiduo de ese periódico, votante del PCE y afiliado a Comisiones Obreras, les propongo que incluyan a Fernando Arrabal en la nómina de EL PAIS, para que se encargue de una nueva sección: «Explicación del Evangelio».Como trabajador, estimo que sus opiniones cristianas serán de gran valor a la hora de desfacer el entuerto marxista de la lucha de clases, a la hora de que las clases y pueblos explotados de todo el mundo puedan, mediante la doctrina del «anarquismo a lo divino», llegar a la salvación eterna, objetivo mucho más apetecible que la prosaica «obtención de soluciones eficaces y prácticas para problemas concretos», como el hambre, la miseria, la ignorancia, la explotación.
En cambio, no les aconsejo la colaboración de Arrabal para sus páginas culturales. Haría falta otra Tribuna Libre -cosa a la que, como afiliado de CCOO, no tengo acceso, a pesar de la «sovietización de la cultura española y de la omnipotencia del aparato dirigente del PCE»- para comentar la particular interpretación de la historia de Fernando. En esta línea, felicito al señor Arrabal por su valentía y honradez al denunciar a la revolución ¿socialista? por el exterminio
(Pasa a página 10)
(Viene de página 9)
de la familia real rusa, sobre todo, por haberlo hecho a la vuelta de su exilio en un Estado burgués que tiene a gala haber fundado sus ideales (los de la revolución burguesa) sobre el exterminio de otra familia real.
Quédese, pues, el señor Arrabal, como él mismo dice («m¡ reino no es de este mundo») con sus evangelios, y deje la explicación de la Historia para los historiadores. Mi agradecimiento a EL PAIS por fomentar estas polémicas tan clarificadoras, verdadero camino hacia la Verdad, muy propio de un periódico independiente. Enhorabuena.