LEON

Cinco mil personas, en el funeral por los mineros muertos

Alrededor de 5.000 personas, según estimaciones de las centrales sindicales, asistieron a las once del mediodía de ayer al funeral organizado por el Ayuntamiento de Villablino en memoria de los diez mineros de la Minerosiderúrgica de Ponferrada, fallecidos el pasado día 17 en el pozo María.

Según anunciaron ayer fuentes de CCOO, a mediodía de hoy se celebrará en el Gobierno Civil de Léón una primera reunión entre CCOO, UGT, el comité de empresa de la mina afectada por el accidente, Jefatura de Minas y representantes empresariales, con el fin de constituir una comisión de inve...

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Alrededor de 5.000 personas, según estimaciones de las centrales sindicales, asistieron a las once del mediodía de ayer al funeral organizado por el Ayuntamiento de Villablino en memoria de los diez mineros de la Minerosiderúrgica de Ponferrada, fallecidos el pasado día 17 en el pozo María.

Según anunciaron ayer fuentes de CCOO, a mediodía de hoy se celebrará en el Gobierno Civil de Léón una primera reunión entre CCOO, UGT, el comité de empresa de la mina afectada por el accidente, Jefatura de Minas y representantes empresariales, con el fin de constituir una comisión de investigación conjunta.

Sobre este último punto, CCOO ha hecho público un comunicado en el que se señala que esta central no se pronunciará oficialmente sobre el tema hasta que el comité de seguridad del pozo María no haya emitido su informe. El secretario provincial de Minería de esta central, Ricardo Quintana, manifestó, sin embargo, que esto no estaba en contradicción con anteriores declaraciones verbales de miembros de CCOO, según las cuales el accidente se debió a una explosión de grisú, y no a un «súbito desprendimiento de gas», como afirmaban las primeras notas oficiales de la empresa y del Ministerio de Industria. Las mismas fuentes indicaron que los técnicos enviados por CCOO, al igual que los de UGT, no pudieron bajar al pozo por impedírselo la empresa, a raíz de lo cual se decidió «orientar al comité de seguridad en el sentido de cómo deberían enfocar la recopilación de datos». Por su parte, UGT insiste en que la muerte de los diez mineros se debió a la explosión de una bolsa de grisú; para ello se basan en datos facilitados por testigos que presenciaron la salida de los cadáveres, varios de ellos con «claras quemaduras», y por miembros de las brigadas de rescate, que pudieron «apreciar el humo, como consecuencia de la combustión».

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