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Juan Pablo II

es también noticia por razones completamente distintas. Y es que ayer invitó a almorzar en el Vaticano al presidente de la República Italiana, el socialista Alessandro Pertini. Se trata de un gesto sin precedentes en los papas de los últimos siglos. Un gesto sin precedentes por dos motivos: porque es el primer presidente de República que se siente a la mesa de un Pontífice y también porque, además, el visitante es un no católico. Hasta Juan XXIII, el Papa comía sólo siempre con su secretario personal. Después del papa Roncalli sus sucesores empezaron a invitar alguna vez a comer a algún carden...

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es también noticia por razones completamente distintas. Y es que ayer invitó a almorzar en el Vaticano al presidente de la República Italiana, el socialista Alessandro Pertini. Se trata de un gesto sin precedentes en los papas de los últimos siglos. Un gesto sin precedentes por dos motivos: porque es el primer presidente de República que se siente a la mesa de un Pontífice y también porque, además, el visitante es un no católico. Hasta Juan XXIII, el Papa comía sólo siempre con su secretario personal. Después del papa Roncalli sus sucesores empezaron a invitar alguna vez a comer a algún cardenal u obispo y raramente a un seglar. Y en este caso se trataba siempre de católicos o de personajes famosos por su apostolado en la Iglesia.Esta vez, el papa Wojtyla ha roto todos los protocolos. Ha invitado, a iniciativa propia, a un hombre político, a un no católico, a un socialista casado sólo civilmente. Y lo ha hecho al año exacto de la primera audiencia concedida al político italiano. Si entonces ya la sorpresa fue mucha, ayer la noticia causó estupor.

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