Cartas al director

Emisoras de radioaficionados

En nombre propio y en el de numerosas familias de la barriada Aluche-Carabanchel, rogamos a los señores radio aficionados que vean la forma de no interferir los programas de televisión, pues con sus inocuas comunicaciones, no hay manera de ver los programas, de noche, especialmente.En efecto, hace ya algún tiempo que venimos observando estas interferencias. Una voz ronca comunica avisos y hace llamadas diciendo si le reciben. No se puede imaginar el tal radioaficionado el coraje que nos da a los televidentes no poder seguir viendo la tele, a veces en los momettos más interesantes de la ...

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En nombre propio y en el de numerosas familias de la barriada Aluche-Carabanchel, rogamos a los señores radio aficionados que vean la forma de no interferir los programas de televisión, pues con sus inocuas comunicaciones, no hay manera de ver los programas, de noche, especialmente.En efecto, hace ya algún tiempo que venimos observando estas interferencias. Una voz ronca comunica avisos y hace llamadas diciendo si le reciben. No se puede imaginar el tal radioaficionado el coraje que nos da a los televidentes no poder seguir viendo la tele, a veces en los momettos más interesantes de la novela, por la noche, sobre las diez.

Y total para decir cuatro bobadas.

Anteanoche y anoche, días 17 y 18, una voz ronca comunicaba que había hablado con Quijote (otro radio aficionado), que tenía una tienda por la glorieta de las Pirámides, donde vendía repuestos de radio, y que él iba a ir a ver si encontraba alguna cosa interesante.

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Antes, otra voz se citaba con alguien y trataba de convencerle a que acudiera a una cita.

Total, que tanto anteanoche como anoche nos dieron el follón y no pudimos enterarnos de qué había pasado con Oswald, el presunto asesino de Kennedy.

Esperamos que tales emisoras dejen de darnos la tabarra con sus citas y otras cosas particulares.

Quisiéramos saber también a quién hay que dirigirse para conseguir tal objeto en el caso de que tales interferencias continuaran, porque, oiga, es que nos saca de quicio a muchos, y a las mujeres las pone nerviosas tales llamaditas particulares.

Perdón por esta paliza, pero es que estamos hasta el gorro con tales emisoras.

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