RTVE: un estatuto anticonstitucional

«La televisión es, parangonando al poeta, un arma cargada de futuro. Políticos y aficionados a sentarse en poltronas de cualquier calibre sueñan con dominar a los españolitos todos desde, la pequeña pantalla casera. Y están a punto de lograrlo.La mejor televisión de España está a punto de seguir siendo única por los siglos de los siglos. Como el partido único del señor Franco, será un servicio público en el que cabremos todos los españoles. También con unidad de poder -en las solas manos de los políticos- y pluralidad de funciones: se podrá elegir entre los aburridos canales nacionales y uno n...

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«La televisión es, parangonando al poeta, un arma cargada de futuro. Políticos y aficionados a sentarse en poltronas de cualquier calibre sueñan con dominar a los españolitos todos desde, la pequeña pantalla casera. Y están a punto de lograrlo.La mejor televisión de España está a punto de seguir siendo única por los siglos de los siglos. Como el partido único del señor Franco, será un servicio público en el que cabremos todos los españoles. También con unidad de poder -en las solas manos de los políticos- y pluralidad de funciones: se podrá elegir entre los aburridos canales nacionales y uno nuevo autonómico.

Los políticos se reservarán días y horas de aparición, porque la televisión será sólo suya. Y la controlarán parlamentariamente. Ellos solos. Al tele-sufrido-espectador se le reservará un bono para participar en los fantásticos programas de Iñigo o incluso disfrutar de los goles del domingo. (...) 7 de septiembre

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