Cartas al director

Escuelas en el barrio del Pilar

Somos un grupo de alumnos, educadores del barrio del Pilar Desde hace cuatro años estamos poniendo un parche a la deplorable política ministerial en materia de educación de adultos, que tuvo como colofón el cierre, el pasado verano, del único centro oficial de adultos que había en el barrio.Esta medida, unilateral y absurda, arrojaba en nuestras manos un número de adultos que triplicaba los existentes hasta la fecha, y desbordaba el pequeño piso en el que trabajábamos.

Dada nuestra escasez de medios (la escuela es gratuita), nos fue imposible encontrar un local. Los colegios del barrio ...

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Somos un grupo de alumnos, educadores del barrio del Pilar Desde hace cuatro años estamos poniendo un parche a la deplorable política ministerial en materia de educación de adultos, que tuvo como colofón el cierre, el pasado verano, del único centro oficial de adultos que había en el barrio.Esta medida, unilateral y absurda, arrojaba en nuestras manos un número de adultos que triplicaba los existentes hasta la fecha, y desbordaba el pequeño piso en el que trabajábamos.

Dada nuestra escasez de medios (la escuela es gratuita), nos fue imposible encontrar un local. Los colegios del barrio nos negaron la utilización nocturna de los mismos. Los ministerios de Educación y de Cultura rechazaron igualmente el apoyo que les pedíamos. Fue entonces cuando, en octubre del pasado año, y tras intentar, ingenuamente, hablar con el señor Banús, decidimos ocupar los locales que mantenía abandonados desde hacía cinco años.

Los locales habían pasado a propiedad de la Caja de Ahorros cuatro meses antes (una venta un tanto extraña, con cambio de calificación de zona verde a zona edificable en un barrio que sobrepasa ampliamente los límites de edificabilidad), y ésta, a la vista del apoyo que recibíamos de la prensa, entidades vecinales y, en definitiva, todo el barrio, optó por una solución negociadora: dejó caer la palabra «transacción» y nos solicitó una entrevista. Nuestros interlocutores no fueron considerados «válidos». Eran alumnos. Posteriormente, y tras tres meses de silencio, a propuesta de la Caja de Ahorros, se le envió un dossier al señor Aguirre Bernabéu (jefe de intendencia) en el que se le remitían los datos de locales disponibles para llegar a un acuerdo sobre la posible «transacción». Con muy buenas palabras, se nos prometió que pasaría a la Comisión de Cultura. Sorprendentemente, han cortado las negociaciones y nos han instado a abandonar el local «con el menor jaleo posible».

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