RELIGION

Suenens, primado de Bélgica, dimite al cumplir los 75 años

El cardenal Leo Joseph Suenens, primado de Bélgica y arzobispo de Malinas-Bruselas, cumplió ayer 75 años de edad y ha presentado oficialmente su dimisión al papa Juan Pablo II.Obispo progresista, considerado como uno de los gigantes del Concilio Vaticano II y pionero del ecumenismo, su sucesión se presenta difícil para la Iglesia católica belga.

Algunos comentaristas prevén que la Conferencia Episcopal aprovechará el cambio para abordar una reforma en profundidad de las estructuras eclesiásticas. La transición jerárquica coincide, en efecto, con la necesidad de adaptar la organiz...

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El cardenal Leo Joseph Suenens, primado de Bélgica y arzobispo de Malinas-Bruselas, cumplió ayer 75 años de edad y ha presentado oficialmente su dimisión al papa Juan Pablo II.Obispo progresista, considerado como uno de los gigantes del Concilio Vaticano II y pionero del ecumenismo, su sucesión se presenta difícil para la Iglesia católica belga.

Algunos comentaristas prevén que la Conferencia Episcopal aprovechará el cambio para abordar una reforma en profundidad de las estructuras eclesiásticas. La transición jerárquica coincide, en efecto, con la necesidad de adaptar la organización territorial de la Iglesia a las modificaciones estatales para fortalecer la autonomía de las tres regiones del país (Flandes, Valonia y Bruselas).

El papa Juan XXIII elevó a Leo Joseph Suenens a la púrpura cardenalicia el 17 de febrero de 1962. Sus posiciones en el Vaticano Il le dieron notoriedad y sirvieron de fermento renovador para la Iglesia católica, por su defensa de la colegialidad y la corresponsabilidad, de la libertad religiosa y una mayor apertura al mundo.

Sus relaciones con Pablo VI se enfriaron considerablemente, al pedir un debate entre el pontífice y los obispos sobre el celibato sacerdotal.

El primado de Bélgica consideró la negativa papal (Le Monde, mayo de 1970) como contraria a las directrices conciliares, diciendo que se había conseguido «enterrar casi completamente los auténticos problemas de los sacerdotes».

Introductor de la idea de la jubilación de los cargos jerárquicos de la Iglesia, su dimisión se produce ahora en aplicación del motu proprio de Pablo VI, que establece un límite de 75 años. El cardenal Suenens continuará en funciones hasta el nombramiento del sucesor, que designará el Papa en base al informe de la Comisión Episcopal.

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