Crece la tensión entre productores y multinacionales del petróleo

En medios diplomáticos ginebrinos ligados a los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) se estima que la estabilidad que ha alcanzado el precio del barril en el mercado libre de Rotterdam en estos últimos días, e incluso una leve baja de dos dólares por barril, en el curso de la presente semana, se debe a la proximidad de la cumbre de la OPEP, a celebrarse el próximo 26 de junio en Ginebra.«Es una especie de compás de espera», señaló el embajador de uno de los países miembros de la OPEP ante las Naciones Unidas, dando a entender, más adelante, que en el mercado de R...

En medios diplomáticos ginebrinos ligados a los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) se estima que la estabilidad que ha alcanzado el precio del barril en el mercado libre de Rotterdam en estos últimos días, e incluso una leve baja de dos dólares por barril, en el curso de la presente semana, se debe a la proximidad de la cumbre de la OPEP, a celebrarse el próximo 26 de junio en Ginebra.«Es una especie de compás de espera», señaló el embajador de uno de los países miembros de la OPEP ante las Naciones Unidas, dando a entender, más adelante, que en el mercado de Rotterdam, en manos de las multinacionales, los precios no fluctúan de acuerdo a la oferta y la demanda, como lo afirmara hace algunos días Víctor Fransen, director de la Transol, una de las tantas multinacionales que operan en Rotterdam. «Las multinacionales», añadió el diplomático, «programan nuevas alzas cuyo monto es difícil de prever, pero están a la espera de los ajustes de precios que acuerde la OPEP en su próxima reunión, para no aparecer ante los Gobiernos, "angustiados" por la crisis energética, "disparados hacia arriba con precios que dejen en evidencia sus ganancias especulativas".»

También de medios diplomáticos ginebrinos ha trascendido que la OPEP, al término de su reunión en esta ciudad, prevista en principio para dos días de duración, emitirá un comunicado final, cosa ya tradicional, en el que esta vez volverían a denunciar a las multinacionales, pero asimismo a insistir en el «consumo irresponsable» de petróleo de los países industrializados, en detrimento de los países en desarrollo, que pagan, a fin de cuentas, las consecuencias de la espiral de los precios del crudo.