Enríquez de Salamanca: "La oposición a La Vaguada nació de los locales comerciales"

La oposición política dentro del Ayuntamiento de Madrid, personificada por UCD, mostró ayer públicamente su postura respecto a la suspensión de la licencia de construcción del centro comercial de La Vaguada, del barrio del Pilar, por medio de una intervención del concejal ucedista y antiguo gerente municipal de Urbanismo Luis Enríquez de Salamanca, durante el turno de ruegos y preguntas de la Comisión Municipal Permanente.

El tema de La Vaguada fue suscitado por la pregunta realizada al alcalde por el antiguo delegado de Acción Vecinal, el ucedista Antonio Vázquez, sobre si se había sus...

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La oposición política dentro del Ayuntamiento de Madrid, personificada por UCD, mostró ayer públicamente su postura respecto a la suspensión de la licencia de construcción del centro comercial de La Vaguada, del barrio del Pilar, por medio de una intervención del concejal ucedista y antiguo gerente municipal de Urbanismo Luis Enríquez de Salamanca, durante el turno de ruegos y preguntas de la Comisión Municipal Permanente.

El tema de La Vaguada fue suscitado por la pregunta realizada al alcalde por el antiguo delegado de Acción Vecinal, el ucedista Antonio Vázquez, sobre si se había suspendido la licencia, de acuerdo a derecho, o si sólo se trataba de un aplazamiento en el comienzo de la ejecución de las obras del centro comercial, de acuerdo con los propietarios del terreno. Enrique Tierno contestó que no había habido decreto ordenando la suspensión de la licencia y aludió a que, durante la rueda informativa que se dio el jueves pasado sobre el tema, se utilizó la palabra suspensión sin matiz jurídico. «Se trata, pues», añadió, «de un simple aplazamiento.»Al insistir el señor Vázquez sobre el significado de la palabra suspensión, el alcalde mostró su ironía al contestar: «También está suspendido un trapecista, y no por ello conculca la ley.»

Al hilo de esta discusión fue cuando intervino Luis Enríquez de Salamanca, sobre un texto redactado previamente y que, sin embargo, según el encargado de prensa de UCD, no estaba preparado para ser utilizado en la reunión.

Para Luis Enríquez, la oposición a la construcción del centro comercial se dio por aquellos que «consideraban que la creación de aquél supondría competencia en la venta de locales comerciales... Evidentemente», añadió, «las causas de la oposición de estos sectores no se presentaron así ante la opinión pública».

Lo que hacía el antiguo gerente era aludir indirectamente al tercer teniente de alcalde del actual Ayuntamiento, el socialista José Barrionuevo, quien en las fechas de mayor virulencia vecinal de oposición al centro comercial presidía la cooperativa de viviendas Tirma, interesada en la creación de una galería de alimentación en el propio barrio del Pilar o, en su defecto, en la venta de unos locales comerciales de los bloques ya construidos por la misma. En función de ello, habló Luis Enríquez de Salamanca de la citada cooperativa, para insistir en el hecho de que había solicitado en 1977 una modificación del plan parcial de la zona para acumular todo el volumen comercial en un solo edificio, que «pretendía ser galería de alimentación».

Con todo, la postura de UCD se enmarca en la legalidad del plan que prevé la construcción del centro comercial, del que hizo historia pormenorizada. Sin embargo, la oposición municipal reconoce que la legislación actual da pie a situaciones «formalmente correctas y socialmente injustas», que producen un «desequilibrio fuerte en beneficio de los usos lucrativos y en defecto de los usos sociales y comunitarios».

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Es por ello por lo que la oferta hecha por la empresa francesa La Henin a antiguos ayuntamientos para la cesión de parte del terreno para ser dedicado a esos fines fue aceptada por el que presidió José Luis Alvarez. Este ofrecimiento preveía la cesión de 16.000 metros cuadrados de terreno para construir en ellos un centro cívico para la zona.

Este acuerdo con la empresa francesa fue «aceptado por la mayoría y sólo repudiado por un sector poco representativo y absolutamente maximalista en sus pretensiones».

La conclusión de la larga exposición del señor Enríquez de Salamanca fue que, «válidamente, no puede decirse que existan defectos de forma en la concesión de la licencia del centro comercial que puedan invalidar la misma».

Por sentirse aludido indirectamente, intervino el tercer teniente de alcalde, José Barrionuevo, quien, tras aclarar que la intervención del concejal ucedista no era «ni lesiva, ni dañosa, ni injuriosa», explicó el proceso por el cual, siendo él presidente de la cooperativa Tirma, solicitó de la Gerencia Municipal de Urbanismo la acumulación de volumen para la construcción de la citada galería de alimentación. Después, cuando él ya había dejado la presidencia de la citada cooperativa, ésta acordó dedicar el suelo sobre el que iba a construirse la galería a zona deportiva para uso de los cooperativistas.

Terminó el tema el número uno de UCD, José Luis Alvarez, para aludir a que la primera excusa puesta por el actual equipo municipal para la suspensión de la licencia del centro comercial -la imposibilidad económica de construcción, por parte del Ayuntamiento, del centro cívico- no era válida, ya que casi el 60% lo sería con cargo a diversos organismos oficiales, en razón del uso que se le iba a dar al citado centro.

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