Cartas al director

En memoria del profesor Bayón

El día 6 de junio falleció en Madrid, en su domicilio de Almagro, 26, el profesor Bayón Chacón, a los 69 años de edad. Gaspar Bayón ha sido uno de los mejores juristas de esta segunda mitad de siglo. Académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, diversificó su vocación ,en dos frentes: la práctica de las Cortes, de las que era letrado, y la enseñanza universitaria, impartida desde su cátedra de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense. Pero la actualidad de estas líneas no radica en la labor de este profesional de la enseñanza, ya que ni la profundidad de su...

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El día 6 de junio falleció en Madrid, en su domicilio de Almagro, 26, el profesor Bayón Chacón, a los 69 años de edad. Gaspar Bayón ha sido uno de los mejores juristas de esta segunda mitad de siglo. Académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, diversificó su vocación ,en dos frentes: la práctica de las Cortes, de las que era letrado, y la enseñanza universitaria, impartida desde su cátedra de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense. Pero la actualidad de estas líneas no radica en la labor de este profesional de la enseñanza, ya que ni la profundidad de su doctrina científica ni la calidad de su docencia constituyen datos que hayan de ser destacados, por lo sobradamente conocidos que resultan entre los que trabajamos el Derecho. Lo que resulta de un profundo interés, en un momento en el que la universidad busca desesperadamente su identidad en esta crisis, es su ejemplo personal. Su actitud de servicio desde una idea que se razona sin imponer. Nombres como los de M. Alonso Olea, M. Alonso García, E. Borrajo, L. E. de la Villa, F. Suárez, J. Vida Soria, J. A. Sagardoy, J. Montalvo, F. Valdés, J. Saavedra, F. Espinosa.... ponen de relieve cómo ni el materialismo de una actitud científica ni la defensa de cualquier postulado filosófico impiden una convivencia universitaria armónica y auténtica.Gaspar Bayón labró su prestigio desde un talante de servicio y desde una labor de cátedra, en los que la calidad de una idea se medía por su coherencia y elaboración y no por su brillantez o el vector hacia el que apuntase. Es cierto que intentó influir en ellas, pero cuando no convenció supo imprimir una relación de respeto mutuo que casi siempre se transformó en un auténtico cariño. El profesor Bayón, en la dedicatoria de su Manual de Derecho del Trabajo, decía -refiriéndose al doctor Pérez Botija- que había sabido vivir como un caballero y morir como un santo. Nosotros, juristas ajenos a su disciplina, queremos asimilar y brindar el ejemplo de quien supo vivir como un santo y morir como un sabio.

(catedrático de Derecho dministrativo), doctor M. Torres López (catedrático de Historia del Derecho), doctora E. Pérez Vera (catedrática de Derecho internacional), doctor J. M. Salas Fernández (doctoren Derecho), doña M. P. Mesa-Molés Martel (profesora ayudante de Historia del Derecho), don E. Corona Romero (inspector financiero y tributario), doctor J. M. Espinar Vicente (profesor adjunto de Derecho Internacional)

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