Cuenca y su comarca, por una fuerte tormenta

De histórica se puede calificar la tormenta de agua y granizo que cayó sobre las 10.15 de la noche del jueves en la ciudad de Cuenca y sus alrededores, así como en varias zonas de la provincia tales como La Mancha y Alcarria. Granizo del tamaño de un huevo de gallina arrasó las cosechas, destrozó techumbres y abolló automóviles.

El granizo, que alcanzó proporciones fuera de lo normal, causó graves daños y la ciudad vivió momentos de angustia ante esta tromba inesperada. La vida ciudadana quedó totalmente paralizada a consecuencia de la furiosa tormenta que ocasionó inundaciones, desbord...

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De histórica se puede calificar la tormenta de agua y granizo que cayó sobre las 10.15 de la noche del jueves en la ciudad de Cuenca y sus alrededores, así como en varias zonas de la provincia tales como La Mancha y Alcarria. Granizo del tamaño de un huevo de gallina arrasó las cosechas, destrozó techumbres y abolló automóviles.

El granizo, que alcanzó proporciones fuera de lo normal, causó graves daños y la ciudad vivió momentos de angustia ante esta tromba inesperada. La vida ciudadana quedó totalmente paralizada a consecuencia de la furiosa tormenta que ocasionó inundaciones, desbordamientos, caídas de techumbres, cortes de carretera y un apagón de luz general.La fuerza de la corriente de agua que descendía por la calle de Benito Pérez, acceso y salida a la carretera de Madrid, era tal que derribó unos cinco metros de muro de piedra que se encuentra como retén en una de las orillas del río Júcar.

Numerosas personas del barrio del Poblado «obispo Laplana» y de la zona de la Puerta de Valencia se vieron obligadas a abandonar sus viviendas ante la gran cantidad de agua que entraba. En estos barrios las casas suelen ser de dos plantas y el agua penetraba tanto por el techo como por las puertas y partes bajas. En la iglesia parroquial del Cristo del Amparo, que se encuentra en uno de los barrios más pobres de la ciudad, Los Tiradores Bajos, se abrió un orificio en el techo y una de las dos naves de que consta dicha iglesia ha quedado inutilizada debido a los desprendimientos del techo y las paredes. Varias alcantarillas de la ciudad reventaron debido a la enorme presión ocasionada por la gran abundancia de agua.

Según han manifestado a EL PAÍS los servicios de bomberos y la Policía Nacional y Municipal no ha habido que lamentar desgracias personales; únicamente daños materiales que, en ciertas viviendas, han sido cuantiosos. El mismo edificio de la Policía Municipal también se inundó, debido a la gran cantidad de agua que descendía por las calles Depósito y González Francés, introduciéndose el agua hasta las celdas de presos.

Los tres guardias municipales que se encontraban en aquel momento de servicio tuvieron que realizar los trabajos de achicamiento por medio de cubos. En varias zonas de las calles de la ciudad se acumularon grandes cantidades de granizo que parecían auténticos icebergs de hielo, que dejaron durante toda la noche cortada la circulación de vehículos y transeúntes.

El furioso fenómeno atmosférico que duró casi una hora ininterrumpida dejó a la ciudad sin luz. Ascensores, frigoríficos y demás aparatos alimentados por electricidad quedaron paralizados. Las sesiones de noche de todos los cines de la ciudad fueron suspendidas por falta de fluido eléctrico y por las inundaciones que también padecieron.

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Respecto a los daños ocasionados en el sector agrícola, al parecer han sido cuantiosos. Los productos más afectados han sido los hortícolas de la zona de la Hoz del Huécar. Según ha manifestado el delegado de agricultura a EL PAÍS, aún no se desconocen los daños y las pérdidas ocasionados; pero en su opinión, todos los cultivos de cereales, leguminosas y hortícolas que hayan sufrido esta tromba de agua y granizo han quedado prácticamente arrasados.

Durante toda la jornada de ayer los servicios de bomberos y Policía Municipal continuaban trabajando ininterrumpidamente en sótanos y plantas bajas de varias de las viviendas de la ciudad para tratar de extraer toda el agua introducida la noche anterior.

A primeras horas de la mañana la ciudad presentaba un aspecto desolador.

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