"Los comunistas no discriminan a los cristianos"

«Desde que en la declaración del comité ejecutivo de febrero de 1975 el PCE asumió la presencia de los comunistas cristianos no se da ningún tipo de discriminación en cuanto a su promoción a los diversos cargos y órganos de dirección ni de discriminaciones de ningún otro tipo», afirmó Alfonso Carlos Comín, dirigente del, PSUC, que estuvo estos días en Madrid con objeto de presentar el simposio sobre Cristianismo y socialismo en libertad, organizado por su partido y que comenzará mañana, en Barcelona.

«En este sentido se puede decir que, tanto PCE como el PSUC, son partidos perfectamente...

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«Desde que en la declaración del comité ejecutivo de febrero de 1975 el PCE asumió la presencia de los comunistas cristianos no se da ningún tipo de discriminación en cuanto a su promoción a los diversos cargos y órganos de dirección ni de discriminaciones de ningún otro tipo», afirmó Alfonso Carlos Comín, dirigente del, PSUC, que estuvo estos días en Madrid con objeto de presentar el simposio sobre Cristianismo y socialismo en libertad, organizado por su partido y que comenzará mañana, en Barcelona.

«En este sentido se puede decir que, tanto PCE como el PSUC, son partidos perfectamente laicos y se encuentran en una posición más avanzada que el Partido Comunista francés o el italiano, a pesar del paso adelante que ha dado este último tras su tercer congreso», añadió Carlos Comín.«Ser cristiano, en el PSUC, no plantea problemas ni cierra el paso a puestos de responsabilidad. En Santa Coloma de Gramanet, por ejemplo, el alcalde, del PSUC, es cura, y hay otro cura concejal.

En cuanto a la posición política de los cristianos dentro del partido», señaló Carlos Comín, «no es unívoca y, aunque tenemos una tradición cultural común cristiano, marxista, muchas veces nos hemos enfrentado, por cuestiones de interpretación del programa, en una línea más dura o más eurocomunista.»

Con respecto a la trascendencia y posibles repercusiones del anunciado viaje del papa Juan Pablo II, Alfonso Carlos Comín señaló: «El viaje es bastante lógico, puesto que el Papa es polaco; pero tiene algunos aspectos delicados. Primero, porque la presencia con su postura negativa, o cuanto menos ambigua, puede radicalizar en los católicos polacos un cristianismo de tipo primario, como ya ocurrió en Puebla. He sabido que las relaciones que establece Juan Pablo II con las masas, que son relaciones muy intensas, contribuyen, más que al desarrollo de una conciencia cristiana madura, al mantenimiento de infantilismo religioso.

Por otra parte, es lógica la preocupación del Gobierno polaco por este viaje, pues se teme que pueda promover reivindicaciones de libertad no sólo religiosas, sino también de conciencia y de expresión, y, asimismo, que los sectores disidentes no cristianos agrupados en la universidad volante, que trabajan junto a los sectores progresistas de la Iglesia, encuentren en el marco del viaje papal un eco a sus protestas.

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