Cartas al director

Educación sexual

El pasado día 21 apareció en el diario de su digna dirección un artículo en el que se comentaba la proyección en Madrid de un filme sobre la educación sexual para niños. No he visto, ni aun viéndolo, sería capaz de enjuiciar su calidad en ningún aspecto. En cambio sí me atrevo a opinar en cuanto a la conveniencia de estos medios en la educación sexual de los niños: los comportamientos del hombre y de la mujer en cualquier terreno, sea el sociológico, el político, el laboral, etcétera, pueden explicarse y ser materia de educación con toda la racionalidad y... frialdad de la ciencia, y un filme,...

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El pasado día 21 apareció en el diario de su digna dirección un artículo en el que se comentaba la proyección en Madrid de un filme sobre la educación sexual para niños. No he visto, ni aun viéndolo, sería capaz de enjuiciar su calidad en ningún aspecto. En cambio sí me atrevo a opinar en cuanto a la conveniencia de estos medios en la educación sexual de los niños: los comportamientos del hombre y de la mujer en cualquier terreno, sea el sociológico, el político, el laboral, etcétera, pueden explicarse y ser materia de educación con toda la racionalidad y... frialdad de la ciencia, y un filme, vehículo apto para ello. Pero la relación sexual, en la que interviene el elemento más elevado del hombre, como es el amor -pero el amor humano, no sólo el instinto de la bestia-, no puede menos de quedar raquíticamente explicado a través de un simple filme. El niño ha de conocer que el acto de la reproducción va acompañado -y si no va, malo- de algo que escapa a toda explicación científica, de algo que solamente el hombre y la mujer que le trajeron al mundo -sus padres- pueden explicarle. Sólo a través de esa explicación que, al tiempo, puede hacerse todo lo precisa y científica que se quiera, puede el niño alcanzar de un modo completo el total y verdadero sentido de la relación sexual que, con todo, es mucho más importante que sus simples mecánicas.Son, pues, los propios padres los que, con toda la delicadeza de que sólo ellos son capaces, los que pueden y deben llevar a cabo esa labor educativa. Y los filmes, las conferencias, los coloquios que sobre el tema puedan promoverse, tendrían un alcance y una efectividad más completa si se dirigieran a la formación de los padres para capacitarles, si no lo están, en tal función.

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