Hay que resolver el divorcio entre la Diputación y el Ayuntamiento

Tanto los concejales del Ayuntamiento de Pamplona como los miembros del Parlamento Foral que resulten elegidos en los comicios de hoy deberán llevar a cabo una política de acercamiento entre las dos instituciones, absolutamente divorciadas en los últimos cinco años por causa del anquilosamiento político de la Diputación foral y de las excesivas prisas del Ayuntamiento de la capital navarra en aprobar cuestiones de importancia, a pesar de las advertencias de ilegalidades efectuadas por el secretario de la Corporación.

Desde el futuro Parlamento de Navarra, sus miembros tendrán, como prim...

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Tanto los concejales del Ayuntamiento de Pamplona como los miembros del Parlamento Foral que resulten elegidos en los comicios de hoy deberán llevar a cabo una política de acercamiento entre las dos instituciones, absolutamente divorciadas en los últimos cinco años por causa del anquilosamiento político de la Diputación foral y de las excesivas prisas del Ayuntamiento de la capital navarra en aprobar cuestiones de importancia, a pesar de las advertencias de ilegalidades efectuadas por el secretario de la Corporación.

Desde el futuro Parlamento de Navarra, sus miembros tendrán, como primera misión, elaborar las normas de funcionamiento interno, así como determinar con claridad si el Parlamento va a tener capacidad legislativa, ya que al amparo del decreto del Ministerio del Interior suscrito por la actual Corporación foral el Parlamento no tiene determinadas sus funciones y competencias. Tanto este órgano como la propia Diputación se enfrentarán con los problemas tradicionales de la provincia, todavía no resueltos: realizar un estudio sobre las posibilidades hidráulicas de Navarra, determinando si es necesaria la construcción de pantanos, canales y zonas de regadío; la instalación de una central nuclear en Tudela, prevista por Iberduero; negociar la devolución a Navarra de la titularidad de diez montes enclavados en la provincia, propiedad hoy de los ministerios de Hacienda y Agricultura; finalizar la segunda fase de la autopista de Navarra en el tramo de conexión con Guipúzcoa, y recuperar todas las competencias que poseía Navarra mediante pacto con el Estado.Por otro lado, es previsible que la futura Diputación comience una política de estrecha cooperación con el Ayuntamiento de Pamplona, que padece una fuerte deuda económica desde hace cinco años, debida, en parte, a las escasas subvenciones concedidas por la Diputación. Ayer, y como colofón de una actitud municipal discutida, pero, al menos transparente, el Ayuntamiento de Pamplona estudió en sendas sesiones maratonianas 123 asuntos en la comisión permanente, y otros 73 en el pleno, último de los que celebrará la actual Corporación. Para el futuro Ayuntamiento, sin embargo, quedarán por resolver temas importantes.

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