ELECCIONES MUNICIPALES / MADRID

Verbenas final de campaña.

En el final de campaña, cada partido se ha esforzado por ofrecer algo nuevo que atrajera la atención de la gente. La verbena de FE de las JONS, las fiestas de UCD en la Casa de Campo y las del PSOE en distintos barrios, se unieron al número preparado por el PCE en la Plaza Mayor, en el que, teóricamente, Ramón Tamames debía comenzar una ascensión en globo y un pequeño recorrido por algunas zonas de Madrid. Ayer, sin embargo, el candidato comunista desistió de la idea, en vista de las pésimas condiciones climatológicas (viento muy fuerte y cambiante) que reinaban en la Plaza Mayor. Alred...

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En el final de campaña, cada partido se ha esforzado por ofrecer algo nuevo que atrajera la atención de la gente. La verbena de FE de las JONS, las fiestas de UCD en la Casa de Campo y las del PSOE en distintos barrios, se unieron al número preparado por el PCE en la Plaza Mayor, en el que, teóricamente, Ramón Tamames debía comenzar una ascensión en globo y un pequeño recorrido por algunas zonas de Madrid. Ayer, sin embargo, el candidato comunista desistió de la idea, en vista de las pésimas condiciones climatológicas (viento muy fuerte y cambiante) que reinaban en la Plaza Mayor. Alrededor de las once de la mañana, el globo de Jesús González Green, Tormenta, se elevó inflado por aire caliente, mientras la barquilla permanecía amarrada al suelo y sujetada por un buen número de colaboradores. El fuerte viento hacía oscilar el globo, como un tentetieso, de un lado para otro, y, la numerosa concurrencia coma para no ser aplastada por esa masa de aire caliente y tejido sintético. Tamames se decidió a montar en la barquilla, tocado con el casco de vuelo de González Green, y realizó tres o cuatro ascensiones de pocos metros, doce a lo sumo, mientras la gente aplaudía y el candidato saludaba. Después estaba previsto que los niños, de tres en tres, montaran en la barquilla y disfrutaran del paisaje de la Plaza Mayor a quince metros de altura, de la sensación de vacío en el estómago cuando se eleva el globo y del ruido sordo de los quemadores que calientan el aire. En un golpe de viento, el globo llegó a tocar el suelo y cayó sobre una señora. Al levantarse de nuevo, la señora había pisado con un tacón el tejido y se produjo un desgarrón de tres metros. Ahí se acabó la aventura del globo, aunque continuaron el guiñol y las marionetas.

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