EEUU no tomará represalias contra los países de la OPEP

El Gobierno norteamericano calificó de inoportuno e injustificado el aumento del precio del petróleo acordado el martes por los países miembros de la OPEP, pero indicó que no tiene intención de tomar ninguna represalia contra los productores.En los medios económicos de Estados Unidos se comentaba ayer que «podía haber sido peor», y la preocupación se centraba no en el incremento de 1,20 dólares por barril, sino en la libertad en que quedan los miembros de la OPEP de aplicar aumentos adicionales «de acuerdo con las circunstancias».

Las primeras estimaciones sobre la repercusión de...

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El Gobierno norteamericano calificó de inoportuno e injustificado el aumento del precio del petróleo acordado el martes por los países miembros de la OPEP, pero indicó que no tiene intención de tomar ninguna represalia contra los productores.En los medios económicos de Estados Unidos se comentaba ayer que «podía haber sido peor», y la preocupación se centraba no en el incremento de 1,20 dólares por barril, sino en la libertad en que quedan los miembros de la OPEP de aplicar aumentos adicionales «de acuerdo con las circunstancias».

Las primeras estimaciones sobre la repercusión de este incremento en los precios de la gasolina en Norteamérica varían entre dos y cuatro centavos de dólar por galón; es decir, entre cuarenta y ochenta céntimos de peseta por Iitro aproximadamente.

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Los pronósticos más pesimistas auguran un coste adicional en las importaciones petrolíferas de Estados Unidos de 4.300 millones de dólares al año, con unas repercusiones en la tasa. de inflación entre el 0,3 y el 0,4%.

El presidente Jimmy Carter, que tenía previsto anunciar hoy, jueves, ante la televisión su nuevo programa energético, ha aplazado su intervención hasta un día indeterminado de la semana que viene. Sin embargo, este retraso no estuvo motivado por el aumento del 9% decretado por la OPEP, sino porque el presidente no quedó satisfecho con el programa elaborado por sus colaboradores. Este plan energético contendrá posiblemente la desaparición progresiva del control de precios de la gasolina y por lo menos una decena de medidas tendentes a reforzar la conservación energética.

El aumento del precio del petróleo supone además una nueva dificultad para la lucha contra la inflación, que atraviesa ahora por una etapa crítica, tras el aparente fracaso del programa presidencial de control voluntario de precios y salarios.

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