Cartas al director

Las cajas de ahorro y los salarios

Enrique Díaz González, manejando la tabla reivindicativa presentada por los trabajadores de ahorro a los empresarios de las Cajas para la negociación del XIII convenio colectivo pretende convencer a la opinión pública de la situación de «opulencia de los trabajadores de ahorro».Con la finalidad de demostrar la supuesta opulencia de los trabajadores de ahorro se utilizan dos únicos argumentos: que los salarios medios brutos de las Cajas son del orden del millón y medio de pesetas y que las demandas presentadas por los trabajadores son desorbitadas. Respecto del primer argumento, es una falacia ...

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Enrique Díaz González, manejando la tabla reivindicativa presentada por los trabajadores de ahorro a los empresarios de las Cajas para la negociación del XIII convenio colectivo pretende convencer a la opinión pública de la situación de «opulencia de los trabajadores de ahorro».Con la finalidad de demostrar la supuesta opulencia de los trabajadores de ahorro se utilizan dos únicos argumentos: que los salarios medios brutos de las Cajas son del orden del millón y medio de pesetas y que las demandas presentadas por los trabajadores son desorbitadas. Respecto del primer argumento, es una falacia hablar de salarios medios cuando en las Cajas existe un abanico salarial comprendido entre los coeficientes uno y siete. El dato esgrimido en el artículo es, además, inexacto. Para las categorías más numerosas y representativas, auxiliares y oficiales administrativos, los haberes netos anuales; oscilan, por término medio, entre las 550.000 y las 780.000 pesetas. En cuanto al segundo argumento, ni se demuestra que las demandas sean abusivas en relación con la tasa de beneficios de las Cajas, cada día más elevada, ni por ,sí solas éstas ni cualesquiera otras demandas pueden constituir nunca privilegio antes de su concesión.

Por otra parte, es imprescindible hacer las siguientes puntualizaciones al artículo citado:

- La plataforma reivindicativa del sector de ahorro es el resultado de numerosas encuestas y asambleas y tiene un carácter eminentemente orientador. No es, pues, un documento acabado. Los sindicatos de clase, y señaladamente la USO, estamos dispuestos a cuantificar, precisar y ponderar dicha plataforma a fin de ofrecer a los trabajadores alternativas concretas de negociación.

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- Los objetivos señalados por los trabajadores en su plataforma son básicamente tres: Mantener el poder adquisitivo de sus salarios, corregir las desigualdades remunerativas que se dan actualmente en las Cajas y participar activamente en la gestión, dirección y control de estas entidades como única forma real de garantizar los fines sociales de las mismas.

- El aumento salarial del 19,5% demandado por los trabajadores de ahorro puede parecer excesivo con criterios patronales, pero no puede afirmarse seriamente que sea irracional cuando se pretende mantener el poder adquisitivo de los haberes.

- En las Cajas, el pago parcial de impuestos y las pagas extraordinarias, en -términos -generales, son tan sólo unas partidas más de la remuneración total, que no por ello se ve aumentada. Es más, de no consolidarse estas partidas, pudiera darse el caso de que los trabajadores de ahorro vieran reducidos sus salarios para este año de 1979.

- Insinuar, como se hace en el artículo, que estar con la patronal, en el caso de, las Cajas, es estar con las clases populares, es un intento burdo pata enfrentar a la opinión pública con los trabajadores de las Cajas, y es, desde luego, algo tan cínico como enganoso. A estas alturas todos sabemos cómo y con la complicidad de quiénes es utilizado el ahorro popular en beneficio de la oligarquía financiera del país.

- La idea de que para «homogeneizar las retribuciones de los, distintos sectores productivos», uno de ellos, concretamente el de ahorro, ha de renunciar a parte de sus ingresos es un puro sofisma en una sociedad de mercado como la que consagra la Constitución española. Sólo hay una forma precisa para homogeneizar salarios: socializar los medios de producción. Por el momento, sólo cabe que los trabajadores todos, sin distinciones artificiales, luchemos solidariamente por nuestros intereses específicos de clase.

Secretario general estatal de USO

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