Los asuntos atrasados del Ayuntamiento

Luis María Huete asegura que se irá a Formentera en cuanto los madrileños elijan un nuevo alcalde. «Estoy haciendo limpia de asuntos atrasados», dice. Entre las tareas que le corresponden, «unas más conflictivas, otras menos», está la de vaciar de medallas el departamento de gratitudes municipales. Ayer, Carlos Arias Navarro recibió la medalla de Honor del Ayuntamiento que los concejales le concedieran en el año 1973. Nadie, al parecer, se ha acordado de la medalla después de aquel 12 de febrero, día del espíritu.Y aprovechando este asunto pendiente, el señor Huete impuso sendas ...

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Luis María Huete asegura que se irá a Formentera en cuanto los madrileños elijan un nuevo alcalde. «Estoy haciendo limpia de asuntos atrasados», dice. Entre las tareas que le corresponden, «unas más conflictivas, otras menos», está la de vaciar de medallas el departamento de gratitudes municipales. Ayer, Carlos Arias Navarro recibió la medalla de Honor del Ayuntamiento que los concejales le concedieran en el año 1973. Nadie, al parecer, se ha acordado de la medalla después de aquel 12 de febrero, día del espíritu.Y aprovechando este asunto pendiente, el señor Huete impuso sendas medallas de oro a Juan de Arespacochaga, que se excusó de asistir porque estaba a esa hora en La Zarzuela, y Antonio Valdés González-Roldán, ex delegado de circulación del Ayuntamiento, entre otros cargos, y autor de algunos de los pasos elevados que adornan la ciudad. También hubo medalla para la Delegación Nacional de la Sección Femenina; «no se aún quien va a venir a recibirla», decía el alcalde tres horas antes del acto.

Carlos Arias, con aire abstraído y distante, se negó amable y rotundamente a hablar con los informadores, ni siquiera sobre temas municipales. Juan de Arespacochaga sondeaba la posibilidad de una embajada en México.

Miguel Mihura, Juan Esplandiú y el marqués de Lozoya recibieron a título póstumo su pedacito de oro municipal.

Roberto Deglané y Juan Sampelayo, cronista municipal, recibieron sus condecoraciones de plata. «Esas medallas, decía Huete, hay que darlas.»

El señor Huete le hizo ayer un favor al próximo alcalde, aunque podría haber sido divertido dejar este trabajo a la próxima Corporación municipal.

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