La reina doña Sofía inauguró la residencia de ancianos de Las Rozas

La reina doña Sofía inauguró ayer la Residencia de Ancianos de Las Rozas, promovida por la Diputación Provincial, y que lleva en funcionamiento desde junio del año pasado. El presidente de la Diputación, Enrique Castellanos, agradeció a la Reina su presencia en el acto. Asistieron también el gobernador militar, general Allende Salazar; el gobernador civil, señor Rosón; el ministro de Sanidad, Enrique Sánchez de León, y otras personalidades.La residencia cuenta con 36 dormitorios y 216 de dos, servicios de comedor, cafetería, salón de actos, salas de estar, economatos, talleres, enfermería y mo...

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La reina doña Sofía inauguró ayer la Residencia de Ancianos de Las Rozas, promovida por la Diputación Provincial, y que lleva en funcionamiento desde junio del año pasado. El presidente de la Diputación, Enrique Castellanos, agradeció a la Reina su presencia en el acto. Asistieron también el gobernador militar, general Allende Salazar; el gobernador civil, señor Rosón; el ministro de Sanidad, Enrique Sánchez de León, y otras personalidades.La residencia cuenta con 36 dormitorios y 216 de dos, servicios de comedor, cafetería, salón de actos, salas de estar, economatos, talleres, enfermería y mortuorios. Aunque su capacidad permite el albergue de 555 ancianos, sólo la ocupan 345.

El edificio es obra del arquitecto Manuel Ambrós, y los jardines están adornados con un busto de la Reina, obra del escultor Santiago de Santiago, varias obras de Javier Clavo y un vía crucis de cerámica realizado por Pilar Ambrós.

Residencias: "ghettos" de ancianos

La Diputación Provincial ha construido y mantiene nueve residencias de ancianos, todas ellas denominadas « Francisco Franco" y ubicadas en otras tantas localidades de la provincia. Los gastos de la construcción de cada una fueron de cientos de millones, y sus presupuestos anuales de mantenimiento sobrepasan los mil millones de pesetas.Concebidas en el marco de una política triunfalista, de inauguracion de grandes obras, a lo largo de los años se han revelado como ineficaces y deshumanizadas, y han sido calificadas por un sector de sus propios inquilinos como mortuorios cómodos, donde van a pasar sus últimos años los ancianos apartados de sus familias.

El número de alojados no supera las quinientas personas en cada una, mientras existen en los registros de la Diputación más de 16.000 solicitudes de atención. Ante la política de grandes y costosos edificios se ha insinuado tímidamente, a veces por el señor Martínez Emperador, anterior presidente de la Diputación, la conveniencia de crear pequeños clubs de ancianos repartidos por barrios y pueblos, menos ostentosos, pero que permitieran a los ancianos permanecer en los sitios donde han vivido.

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