Preparativos electorales

Los Intentos de formar una coalición de derechas, condenados al fracaso

Desde la coalición Derecha Democrática Española, constituida ayer ante notario, que ya llegó a un acuerdo electoral con las llamadas fuerzas nacionales, con el nombre de Unión de Derecha (Piñar, Girón y Fernández Cuesta), se está realizando en estos momento un desesperado esfuerzo para llegar a un similar acuerdo en base a pactos locales y de distribución territorial, con la Coalición Democrática, que dirigen Areilza, Fraga, Osorio y Lasuén, y así llegar a una gran coalición que cubra todo el espacio político de la derecha española. Parecidos esfuerzos, desde una posición cercana a Derecha Dem...

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Desde la coalición Derecha Democrática Española, constituida ayer ante notario, que ya llegó a un acuerdo electoral con las llamadas fuerzas nacionales, con el nombre de Unión de Derecha (Piñar, Girón y Fernández Cuesta), se está realizando en estos momento un desesperado esfuerzo para llegar a un similar acuerdo en base a pactos locales y de distribución territorial, con la Coalición Democrática, que dirigen Areilza, Fraga, Osorio y Lasuén, y así llegar a una gran coalición que cubra todo el espacio político de la derecha española. Parecidos esfuerzos, desde una posición cercana a Derecha Democrática Española, aunque todavía independiente, por haber aplazado la firma del acta de constitución de dicha coalición, está realizando Unión Demócrata Española, que dirige Jesús Barros de Lis.

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Sin embargo, fuentes responsables de la Coalición Democrática negaron ayer a EL PAIS cualquier posibilidad de acuerdo electoral con Derecha Democrática Española y con las llamadas fuerzas nacionales. «Se acercan a nosotros con todo tipo de planteamientos, pero tienen un problema insuperable: su mala imagen», añadieron dichas fuentes.La regla D'Hont -declaró Barros de Lis a EL PAIS- presiona en el sentido del acuerdo electoral de la derecha, ya que si existen dos candidaturas de este signo en una circunscripción electoral es casi seguro que no saldrá elegida ninguna.» Actualmente se perfilan dos grandes y divergentes, tanto por su imagen como por sus objetivos políticos, coaliciones electorales de derecha. Por una parte, la Coalición Democrática, que agrupa a los firmantes del pacto de Aravaca (Fraga, Osorio y Areilza) y en la que ha venido a integrarse últimamente el socialdemócrata José Ramón Lasuén.

Por otra, está la Unión de Derechas, que agrupa a su vez a las llamadas fuerzas nacionales, es decir, ex combatientes, falangistas, piñaristas y tradicionalistas, y la Derecha Democrática Española, constituida ayer ante notario, formada principalmente por las fuerzas desgajadas de la federación de Alianza Popular (Silva Muñoz y Fernández de la Mora); por Unión Regional Andaluza (URA), que se negó a incorporarse a AP a raíz de las elecciones de 1977; Centro Popular, de Juan Pérez de Alhama; Federación de Partidos Conservadores, de Mariano Lamamié de Clairac y por el Partido Nacional Independiente, de Artemio Benavente.

El acta de constitución de esta coalición no fue firmada ayer por UDC, de Jesús Barros de Lis, en espera del resultado que se obtenga este fin de semana de los contactos que se mantienen para evitar el fraccionamiento electoral de la derecha. Estos contactos también los está potenciando Gonzalo Fernández de la Mora, quien, en declaraciones a diversas agencias de prensa, manifestó ayer: «Desde la coalición Derecha Democrática Española continuamos concentrando todos nuestros esfuerzos para llegar con las fuerzas que están a nuestra derecha y a nuestra izquierda a una fórmula de entendimiento, a fin de evitar lo que sería un grave mal, es decir, la dispersión de los votos de la derecha sociológica en las próximas elecciones.» El líder de Unión Nacional Española (UNE) añadió: «Estamos en contacto reiterado y constante con las fuerzas nacionales y con los grupos del pacto de Aravaca (Areilza, Osorio y Fraga) y no está descartada, ni mucho menos, una solución aceptable.»

Fuentes de Coalición Democrática (Fraga, Osorio, Areilza y Lasuén) negaron ayer tajantemente a EL PAIS cualquier posibilidad de acuerdo electoral con Derecha Democrática Española y con las llamadas fuerzas nacionales, y calificaron de «fantasías orientales» sus planteamientos. «Se acercan a nosotros con todo tipo de acuerdos, pero tienen un problema insuperable: su mala imagen», manifestaron en dichas fuentes. «Precisamente -añadieron- hoy publicará Fraga Iribarne un artículo en Abc en el que les viene a decir que primero se quiten los uniformes, y después hablaremos. Nuestro propósito, aunque les escuchemos respetuosamente, es no establecer ningún tipo de coalición con ellos.»

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Aparte de la imagen, las diferencias casi insalvables que separan a las dos coaliciones de derecha -Coalición, Democrática y Unión de Derechas- es su respectiva actitud ante el sistema de democracia parlamentaría y ante el acatamiento de la Constitución. Mientras el contenido democrático y constitucional del programa de las fuerzas que integran la Coalición Democrática es reivindicado sin reticencias por los líderes de dicha coalición, muchas de las fuerzas que componen la Unión de Derechas son -y no lo ocultan- claramente antidemocráticas y pretenden la revisión de principios sustanciales de la Constitución, antes de que su aplicación a la realidad política y social aconseje o no la necesidad de su revisión.

Por otra parte, estas fuerzas no ocultan tampoco, por debajo de su aceptación coyuntural de la vía electoral, su carácter mesiánico, que les lleva a presentarse como una opción antisistema, de carácter popular y nacional, inentando ocultar los intereses de clase que representan.

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