Veinticinco años de relaciones oficiales

Las relaciones Madrid-Vaticano han girado a lo' largo de los últimos veinticinco años en torno a siete cuestiones básicas: confesionalidad del Estado, libertad religiosa, dotación económica de la Iglesia, fuero eclesiástico, enseñanza religiosa, regulación del matrimonio y privilegio de.presentación de obispos.En líneas generales, seis materias -las seis primeras- en las que el Gobierno español hizo importantes concesiones en el Concordato de 1953, a cambio de mantener el privilegio de presentación, con el que pretendía asegu.rarse el apoyo incondicional de una jerarquía cuidadosamente selecci...

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Las relaciones Madrid-Vaticano han girado a lo' largo de los últimos veinticinco años en torno a siete cuestiones básicas: confesionalidad del Estado, libertad religiosa, dotación económica de la Iglesia, fuero eclesiástico, enseñanza religiosa, regulación del matrimonio y privilegio de.presentación de obispos.En líneas generales, seis materias -las seis primeras- en las que el Gobierno español hizo importantes concesiones en el Concordato de 1953, a cambio de mantener el privilegio de presentación, con el que pretendía asegu.rarse el apoyo incondicional de una jerarquía cuidadosamente seleccionada.

Con todo, determinados aspectos del Concordato han sido modificados posteriormente en virtud de algunos cambios doctrinales adoptados por el Concilio Vaticano II. Así, el Gobierno español promulgaba en 1967 la ley de Libertad Religiosa, que privaba a la Iglesia católica del carácter de religión única de la nación española, pero al propio tiempo mantenía la confesionalidad del Estado, no derogada oficialmente hasta la entrada en vigor de la Constitución.

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Una vez establecida esta relativa libertadreligiosa, que en su día fue contestada por las restantes confesiones, al entender que seguían en pie los privilegios de la Iglesia católica, las negociaciones entre Madrid y el Vaticano se centraron en dos cuestiones: el nombramiento de los obispos y el fuero eclesiástico. Ni, la regulación del, matrimonio, ni la enseñanza religiosa, ni siquiera la financiación pública de la Iglesia se cuestionaron en vida de Franco.

Momento importante en estas primeras negociaciones fue el acuerdo Casaroli-Garrigues, de 1970, que de haber sido aprobado hubiera supuesto la supresión del fuero eclesiástico y el cambio de la presentación por la simple prenotificación.

El acuerdo no prosperó, por lo que el Gobierno español optó un año después por pedir oficialmente la revisión del Concordato. El distanciamiento entre las partes negociadoras ha retrasado siete años el acuerdo. En medio de este difícil diálogo, el Vaticano decidió cubrir algunas sedes vacantes con obispos auxiliares o administradores apostólicos, lo cual le permitía evadir la presentación de candidatos por parte del Gobierno español. A la muerte de Franco había siete diócesis vacantes.

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El desbloqueo de las relaciones Madrid-Vaticano vino dado por la nueva situación política y muy especialmente por la renuncia del rey Juan Carlos I al privilegio de presentación, decisión comunicada al papa Pablo VI mediante un telegrama el 13 de julio de 1976. Quince días después se firmaba el primer acuerdo parcial con la Santa Sede, por el que quedaban derogados los artículos del Concordato relativos a la presentación de obispos y al fuero eclesiástico.

A partir de este momento entran en funcionamiento las comisiones bilaterales encargadas de revisar el Concordato en su conjunto. Los acuerdos parciales relativos al reconocimiento jurídico de la Iglesia -enseñanza religiosa, regulación del matrimonio y dotación económica- fueron ratificados en noviembre del pasado año por la Conferencia Episcopal Española como paso previo a su firma oficial por los representantes del Gobierno y la Santa Sede.

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