Tribuna:TRIBUNA LIBRE

El revés del Derecho o supuestos sociológicos de la hipótesis golpista / 2

La ley de Reforma Política ha alcanzado todos sus objetivos y ha sido, pese a la parvedad de los sies constitucionales, un éxito total. Sin embargo, las condiciones de su cumplimiento, a que nos referíamos ayer han tenido como consecuencia los efectos perversos que deploramos y que nos intranquilizan.Citemos entre ellos: 1) La persistencia a todos los niveles de la vida social y económica de los mismos cuadros rectores que en tiempos del franquismo, con la inevitable percepción del español medio de que «aquí todo sigue igual y no ha cambiado nada»; 2) La escalada de la violencia ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La ley de Reforma Política ha alcanzado todos sus objetivos y ha sido, pese a la parvedad de los sies constitucionales, un éxito total. Sin embargo, las condiciones de su cumplimiento, a que nos referíamos ayer han tenido como consecuencia los efectos perversos que deploramos y que nos intranquilizan.Citemos entre ellos: 1) La persistencia a todos los niveles de la vida social y económica de los mismos cuadros rectores que en tiempos del franquismo, con la inevitable percepción del español medio de que «aquí todo sigue igual y no ha cambiado nada»; 2) La escalada de la violencia por parte de ETA; 3) El desmoronamiento del mito de la democracia y la descalificación de la ideología democrática, tanto por la incongruencia de que sus más visibles y, sobre todo, televisibles portavoces actuales lo fueron hasta hace poco del franquismo, como por la contradicción entre el fervor y la abundancia. del discurso democrático y su casi nula incidencia en la vida real y cotidiana; 4) El desfase entre la satisfacción de la élase política, en especial de sus líderes, por el proceso de cambio político y lo que se ha llamado el, «desencanto» democrático del ciudadano; 5) La desmovilización popular democrática, tanto en comportamientos espontáneos como organizados, intra como extrapartidos, en espacios públicos como privados; 6) La reaparición en la calle de los sectores más extremosos y pugnaces del franquismo con voluntad de recobro y vocación de hegemonía; 7) La confusión y, en, muchos casos, impunidad, del turbio terrorismo de la extrema derecha y de la supuesta extrema izquierda.

Estos efectos, que son hoy factores determinantes de nuestra convivencia colectiva, si bien no anulan del todo el hecho positivo de la Constitución, lo problematizan de tal manera que hacen imprevisible el término de la transición hacia una efectiva democracia.

A ello hay que añadir las consideraciones derivadas de nuestra peculiar estructura socioeconómica. La fonnación social dominante en España, el actual neocapitalismo español, sufre discontinuidades importantes, tanto en su dimensión estructural como en sus comportamientos grupales. Respecto del primer aspecto, citemos tan sólo la heterogeneidad que supone la existencia de una burguesía nacional activamente opuesta en bastantes casos a la presencia de las multinacionales y escindida en un núcleo compacto y muy reducido de grandes sociedades y una numerosísima y dispersa alineación de pequeñas y medianas empresas. Por lo que toca al segundo, las frecuentes conductas paleocapitalistas. son un factor de disrrupción y de interferencia en el decurso n.eocapitalista prevalente en la vida económica y financiera del país.

Esas discontinuidades y los nódulos, sociales que las hacen operativas pueden constituir el soporte real de los militantes de la involución, de los nostálgicos de un pasado político que corresponde a su efectiva instalación en unaperspectiva económica pasada. Algún núcleo de la gran burguesía nacional, bastantes sectores de la pequeña y mediana industria, grandes segmentos de la antigua burocracia sindical y paraestiatal, disfuncionales y anacrónicos respecto de la orientación económica mayoritaria, pueden, en cuanto insertos en la trama socioeconómica, asumir la función de vectores reales, de legitimadores sociales de la vuelta a la autocracia.

Esos sectores, al tomar cuerpo colectivo en manifestaciones públicas, no. antagonizadas en la calle por otras sensiblemente más importantes, autoafirman su vocación nacional de hipótesis de futuro mayoritaria y dan carta de legalidad civil a los reductos de revachismo autocrático que aún pueden quedar en los cuarteles.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En