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Un paso adelante en la formación de una intersindical de clase

Secretario general de la CSUTComo se sabe, las centrales SU, CNT y CSUT hemos convocado para los días 14, 15 y 16 unas jornadas de sensibilización contra el pacto social a nivel de todo el Estado. Las jornadas apuntan contra las medidas económicas del Gobierno y de la CEOE, así como por la creación de puestos de trabajo, por el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios, por la participación de todas las centrales en los organismos con incidencia en la vida económica y social de los trabajadores (Seguridad Social, INE, INEM, etcétera), por la elaboración de unas leyes si...

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Secretario general de la CSUTComo se sabe, las centrales SU, CNT y CSUT hemos convocado para los días 14, 15 y 16 unas jornadas de sensibilización contra el pacto social a nivel de todo el Estado. Las jornadas apuntan contra las medidas económicas del Gobierno y de la CEOE, así como por la creación de puestos de trabajo, por el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios, por la participación de todas las centrales en los organismos con incidencia en la vida económica y social de los trabajadores (Seguridad Social, INE, INEM, etcétera), por la elaboración de unas leyes sindicales democráticas que garanticen sin limitaciones ni exclusiones la acción sindical a todas las centrales, comités de empresa y delegados de personal por la devolución del patrimonio sindical a los trabajadores y por la defensa de la democracia contra el golpismo y el terrorismo. En la convocatoria de las jornadas participa también la USO en varias provincias, aunque a nivel estatal y por las razones que sean esta central no ha aceptado sentarse con el resto de los sindicatos convocantes. Asimismo, el SLMM ha mostrado su más absoluta solidaridad con las jornadas, en Cataluña participarán los sindicatos nacionalistas y en Navarra se ha sumado CCOO.

Pese a que la convocatoria de las jornadas responde únicamente a los objetivos que se acaban de exponer, han surgido sin embargo los más diversos comentarios sobre la posibilidad de que éstas supongan implicaciones de más largo alcance. Y quienes así piensan tienen motivo para ello: estas jornadas van a tener una extraordinaria importancia desde el punto de vista del avance y la unidad del sindicalismo de clase. Y esto por las razones que más abajo argumentaré.

¿Qué pasa hoy en el sindicalismo?

En el actual panorama sindical existen esencialmente dos posiciones: una reformista y otra de clase. La crisis económica, que recae con gran dureza sobre los trabajadores, influye fuertemente en el sindicalismo y materialmente barre toda posición ambigua. Esto obliga a todas las centrales a tomar posición, y motiva que los dos campos sindicales aparezcan cada vez más claros, diferenciados y antagónicos. El campo reformista lo componen CCOO y UGT, que colaboran abiertamente con la política del gran capital. La colaboración de estas centrales se efectúa a través de los pactos sociales como el de la Moncloa o como el nuevo que, se pretende firmar. Y es que los capitalistas tienen una determinada filosofía para los años que dure la crisis económica que se basa en aumentar de año en año el margen de sus beneficios a costa de los trabajadores con el aumento del paro, el despido libre, la pérdida constante del poder adquisitivo de los salarios, leyes sindicales restrictivas, etcétera. Y pactar sobre esta base significa oponerse a los intereses de los trabajadores. Porque éstos pueden entender, o no, las causas que generan la crisis; pero lo que saben todos, porque lo padecen, es que los pactos sociales van contra sus intereses y les llevan a una situación cada vez más crítica e indignante. Por eso existen tantas resistencias en las bases de los sindicatos reformistas a la política de sus direcciones. Por eso también el miedo a firmar los nuevos pactos que, irremisiblemente, traen consigo una pérdida constante de afiliados. No obstante, el factor que más influye en este medio es que los demás sindicatos, que representamos más del 50% de la afiliación de este país, nos oponemos al pacto social de forma activa y unitaria.El campo del sindicalismo de clase hoy lo formamos CNT, USO, SU, CSUT, SLMM, sindicatos nacionalistas, etcétera. Desde este campo se viene luchando contra los planes económicos del Gobierno-CEOE, contra los pactos sociales y contra las restricciones a la libertad sindical, defendiendo a la vez los intereses concretos de los trabajadores. No obstante, hemos de reconocer -porque justo es hacerlo- que entre nosotros no ha habido el suficiente espíritu unitario. Afortunadamente, estamos superando este error.

Ante el panorama sindical que se les presenta, los capitalistas están volcando muchos esfuerzos y medios económicos en erradicar el sindicalismo de clase de nuestro país. A esto se deben las maniobras para hacer, con todo lo que no es ni CCOO, ni UGT, la tercera fuerza sindical reformista. Como ellos dicen, con esto nos homologaríamos al sindicalismo europeo. Y así todo les sería más fácil. Sin embargo, los que hoy componemos el amplio espectro del sindicalismo de clase, pensamos exactamente lo contrario y decimos, junto con la mayoría de los trabajadores, que, para reformismo, basta y sobra con el de CCOO y UGT. Por eso ahora, que más que nunca se vuelcan esfuerzos en esa opción sindical reformista para aislar al sindicalismo de clase, damos nuestro más rotundo no a tan denigrante operación y pasamos a aunar esfuerzos en las jornadas de los días 14, 15 y 16. Sinceramente -y esto lo digo con jactancia y orgullo de clase-, querer domesticar con un «tercer puesto bajo el sol de los monopolios a los trabajadores que han templado su espíritu de combate en la lucha contra la dictadura, derrotándola, me parece propio de aquellos que, acostumbrados a comprarlo todo, ni entienden ni pueden entender, que la voluntad revolucionaria de la clase obrera no está al alcance de sus intereses mercantiles. Desde luego que la vida real y la defensa de los intereses obreros empujan hacia una tercera y potente opción sindical. Pero esta no es de apellido reformista, sino de clase. Precisamente estas jornadas son el primer paso en esta dirección.

Ya es la hora de formar una intersindical de clase

Desde mi punto de vista, están dadas todas las condiciones para que las centrales que practicamos el sindicalismo de clase pasemos a formar, sin más demora, una intersindical de clase que pueda defender con éxito los intereses in mediatos de los trabajadores. Su formación daría paso a la unidad definitiva entre nosotros. Las siguientes razones. fundamentan la existencia de tales condiciones: 1.º Como he dicho a lo largo del artículo, los sindicatos que hoy podemos unirnos tenemos una larga trayectoria de no doblegarnos ante los planes del gran capital y de defensa consecuente de los intereses de los trabajadores. Coincidimos esencialmente en el abanico de temas económicos, sindicales y políticos que es preciso defender, como lo demuestra el comunicado conjunto de CNT, SU y CSUT. Y esto no va a ser simplemente política de unos días. 2.º Estamos demostrando, en la preparación de estas jornadas unitarias, que sabemos dejar a un lado lo que nos separa, que es muy poco, para centrarnos en lo que nos une, que es casi todo. 3.º Demostramos con los hechos estar por encima de intereses estrechos o partidistas y actuamos en función de lo que los trabajadores necesitan y demandan de nosotros. 4.º Lo más importante de todo es que nuestros afiliados han recibido la noticia de estas jornadas con extraordinaria alegría y desean de todo corazón que lleguemos a la unidad más completa.Esta política unitaria que aquí expongo es la que defiende la CSUT. Y estoy seguro que es compartida por USO, SU, CNT, SLMM, sindicatos nacionalistas, etcétera. Supone una opción sindical fuerte y en pleno ascenso porque tal unidad se forja a base de la defensa de los intereses de los trabajadores, responde a sus demandas y a lo que hoy es necesario para avanzar; por consiguiente, será capaz de atraer gran cantidad de nuevas voluntades. Supone también la posibilidad real de defender con éxito y desde el primer rnomento los intereses obreros, lo que resultaría extremadamente más difícil si cada uno de nosotros hiciéramos «la guerra por nuestra cuenta». De otra parte, será la mejor forma de influir seriamente en las bases de los sindicatos reformistas, porque estas bases forman parte objetivamente del sindicalismo de clase aunque hoy estén desencantadas por la política de sus centrales. La bandera moral que supone la unidad de las centrales de clase les hará abrazar con entusiasmo esta idea y se sumarán a ella. En cualquier caso, la unidad cada vez más estrecha de los sindicatos de clase es la mejor y única forma de decantar en la acción a CCOO y a UGT. En este sentido es elocuente el caso de Navarra, donde la unidad previa de CNT, SU y CSUT ha hecho que CCOO se sumará a las jornadas. Asimismo, las contradicciones y vacilaciones de CCOO y UGT de Madrid son una buena prueba de ello.

En definitiva: el camino de la unidad lo iniciamos con estas jornadas. Y el convencimiento y el entusiasmo con que lo emprendemos es la garantía de que llevaremos a buen puerto el programa económico, social, sindical y político que nos hemos propuesto dender conjuntamente.

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