El actor Ramón Sagaseta, condenado a un año de prisión
El actor de teatro Ramón Sagaseta, miembro del grupo Lagunak, ha sido condenado a un año de prisión por un consejo de guerra celebrado ayer en el CIR, número 11 de Vitoria a causa de «delito de ultrajes a la bandera nacional». La sentencia está pendiente de ratificación por el capitán general de la Sexta Región Militar.Según la acusación del fiscal militar, que pedía dos años de prisión para el acusado, Sagaseta se frotó tres veces el sudor y dos la nariz con una bandera nacional al finalizar la representación de la obra Vamos a decir verdades, representada en el barrio vitoriano de Zam...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El actor de teatro Ramón Sagaseta, miembro del grupo Lagunak, ha sido condenado a un año de prisión por un consejo de guerra celebrado ayer en el CIR, número 11 de Vitoria a causa de «delito de ultrajes a la bandera nacional». La sentencia está pendiente de ratificación por el capitán general de la Sexta Región Militar.Según la acusación del fiscal militar, que pedía dos años de prisión para el acusado, Sagaseta se frotó tres veces el sudor y dos la nariz con una bandera nacional al finalizar la representación de la obra Vamos a decir verdades, representada en el barrio vitoriano de Zamaraga el pasado 3 de enero.
Durante la vista el actor Sagaseta declaró que había sido un acto inconsciente y que se limpió el sudor con la bandera porque era lo único que tenía a mano. Por esta razón el abogado defensor del actor, José María Sarasíbar había pedido la absolución.
En medios políticos y teatrales del País Vasco se esperaba que este juicio fuera retrasado hasta después del referéndum constitucional a fin de que la vista de esta causa pasara a la jurisdicción civil al amparo del artículo 127 de la Constitución.
El abogado defensor del actor basó también su petición de libre absolución en la consideración de que para que exista ultraje es imprescindible que se den circunstancias que equivalgan a una clara intencionalidad y un móvil perverso y criminal. Estas argumentaciones no fueron tenidas en cuenta por el tribunal militar.