La sobreprotección del niño, una forma de violencia

Faustino Guerán, Juan Pundik, Antonio Ríos y Jesús Valverde abordaron el tema de «Las formas de violencia contra el niño en la familia», en la primera sesión de las II Jornadas de Inadaptación Social y Recuperación de Menores que se inauguraron ayer en Madrid.

Enrique Martínez, psicólogo del grupo Promesa, tomó en primer lugar la palabra para señalar cómo estas sesiones tienen por objeto el estudio en profundidad de la situación del menor más o menos difícil en nuestra sociedad. El psicólogo Faustino Guerán, de los colectivos infantiles de Barcelona, hizo un breve resumen de todos los p...

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Faustino Guerán, Juan Pundik, Antonio Ríos y Jesús Valverde abordaron el tema de «Las formas de violencia contra el niño en la familia», en la primera sesión de las II Jornadas de Inadaptación Social y Recuperación de Menores que se inauguraron ayer en Madrid.

Enrique Martínez, psicólogo del grupo Promesa, tomó en primer lugar la palabra para señalar cómo estas sesiones tienen por objeto el estudio en profundidad de la situación del menor más o menos difícil en nuestra sociedad. El psicólogo Faustino Guerán, de los colectivos infantiles de Barcelona, hizo un breve resumen de todos los problemas abordados por estos colectivos en los barrios más modestos de Barcelona. En la actualidad hay ocho funcionando, dedicados a establecer una dialéctica entre la vida del niño en el colectivo y en la familia, origen de la mayoría de sus comportamientos sociales.Juan Pundik, presidente de la Asociación Filium España, dio un rápido repaso a la violencia ejercida contra el niño en el seno de la familia a través de veinticinco puntos claves de conflicto. «La primera violencia contra el hijo -dijo el señor Pundik- comienza en la no-familia, es decir en no brindarle la posibilidad de tener una familia.» También sería un acto de violencia, en opinión del presidente de Filium, «la sobreprotección, que puede consistir en abrigarlo demasiado, en alimentarlo por demás, en impedirle gatear y caminar libremente, el impedir que el hijo adquiera seguridad en el manejo de su cuerpo, de sus movimientos.

Una de las intervenciones más interesantes fue la del psicólogo Antonio Ríos, del centro Estirpe, al pasar revista a la violencia que se ejerce sobre los hijos por parte de las familias estrictamente normales y con un nivel cultural bastante elevado. «En este caso la violencia es mucho más sutil y se corre el riesgo, por parte de los psicólogos, de colaborar, aunque sea inconscientemente, en este tipo de represión.» El señor Ríos se refirió a la frecuencia con que los niños que son presentados como pacientes no pasan de ser los auténticos «chivos expiatorios» en el contexto familiar conflictivo.

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