Justicia y Paz, preocupada ante la línea que pueda adoptar el Vaticano

Hoy comienza en Majadahonda (Madrid) la IV Conferencia Europea de Justicia y Paz, que contará con la presencia de cincuenta delegados de doce países miembros europeos y un representante observador del Vaticano perteneciente a la Comisión Pontificia Justicia y Paz.Los temas centrales de la reunión, que se alargará hasta la tarde del lunes día 16 se refieren a los derechos humanos, especialmente a los de los pobres y de los pueblos del Tercer Mundo, aunque también estudiarán las posibles consecuencias que pueden derivarse para Justicia y Paz de la elección de un nuevo Papa. De la índole del nuev...

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Hoy comienza en Majadahonda (Madrid) la IV Conferencia Europea de Justicia y Paz, que contará con la presencia de cincuenta delegados de doce países miembros europeos y un representante observador del Vaticano perteneciente a la Comisión Pontificia Justicia y Paz.Los temas centrales de la reunión, que se alargará hasta la tarde del lunes día 16 se refieren a los derechos humanos, especialmente a los de los pobres y de los pueblos del Tercer Mundo, aunque también estudiarán las posibles consecuencias que pueden derivarse para Justicia y Paz de la elección de un nuevo Papa. De la índole del nuevo Papa depende en gran parte la estrategia que se planteará Justicia y Paz para el próximo curso.

«Esta IV Conferencia se celebra en Madrid -ha explicado a EL PAÍS, Joaquín Ruiz-Giménez, presidente de Justicia y Paz española- porque lo han propuesto las comisiones europeas, que así han querido mostrar su apoyo al esfuerzo democratizador durante diez años de la comisión española, al mismo tiempo que nos invitan a continuar con nuestra tarea.»

La sección española de Justicia y Paz ha venido luchando, desde su fundación en tiempos del Concilio Vaticano II y del papa Juan XXIII, por el reconocimiento en España de los derechos humanos más elementales, principalmente por las libertades ciudadanas. «Justicia y Paz española ha querido ser la voz -dice el señor Ruiz-Giménez- de los que no podían hablar. Ahora, cuando ya se han conseguido esas libertades públicas y las cosas se han situado en sus verdaderos cauces, lo que nos interesa es promocionar la mejor distribución de las riquezas socioeconómicas y culturales y desarrollar, en definitiva, una solidaridad humana que ayude no sólo a eliminar problemas como los del paro obrero y la inflación, sino también las trabas al acceso a la cultura.»

Los miembros de Justicia y Paz que acuden a esta convención europea van a estudiar atentamente la elección del nuevo Papa como tema coyuntural, pero importante. «Vamos a plantearnos este tema -ha explicado Joaquín Ruiz Giménez- porque la orientación de Justicia y Paz depende de la índole del Papa que esté al frente de la Iglesia.» Sobre las características que debe tener el nuevo Pontífice, la Comisión Justicia y Paz defiende un Papa de acuerdo con las características que pedían para el anterior un grupo de teólogos, escritores, profesores y profesionales cristianos e incluso la propia Justicia y Paz. Esta petición se materializó en un documento titulado El Papa que necesitamos, que fue entregado a los cardenales antes del anterior cónclave.

En cuanto al desarrollo de los derechos humanos, la Comisión Justicia y Paz se propone incidir en lo que su presidente ha llamado «una tercera fase». «Tras un primer nivel de desarrollo de los derechos políticos y de participación en las libertades ciudadanas y de un segundo nivel de puesta en práctica de los derechos económicos y sociales, podemos hablar de una tercera fase, en la que incluiríamos los derechos de solidaridad entre los pueblos.»

Las comisiones europeas de Justicia y Paz estudiarán también, entre otros temas, la abolición de la pena de muerte, el desarrollo de los derechos humanos de la Iglesia, la igualdad del hombre y de la mujer, las derivaciones del problema de la energía nuclear, y entre otras peticiones van a solicitar que se suprima legalmente el comercio de armas entre los países.

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