Católicos tradicionalistas se enfrentan a la policía vaticana

Los turistas que ayer a las diez de la mañana paseaban por la plaza de San Pedro pudieron contemplar un suceso singular: un grupo de católicos tradicionalistas se enfrentaba a la policía ante la estupefacción de la guardia suiza.Mientras los curiosos paseaban bajo la columnata y la vía della Conciliazione, esperando quizá cruzarse en el camino con algún cardenal que iba camino de la Congregación, un viejo sacerdote desplegaba una mesa portátil y ponía sobre ella un cáliz y un trozo de pan blanco.

A pocos metros, en el arco de las campanas, la guardia suiza miraba asombrada. Durante toda...

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Los turistas que ayer a las diez de la mañana paseaban por la plaza de San Pedro pudieron contemplar un suceso singular: un grupo de católicos tradicionalistas se enfrentaba a la policía ante la estupefacción de la guardia suiza.Mientras los curiosos paseaban bajo la columnata y la vía della Conciliazione, esperando quizá cruzarse en el camino con algún cardenal que iba camino de la Congregación, un viejo sacerdote desplegaba una mesa portátil y ponía sobre ella un cáliz y un trozo de pan blanco.

A pocos metros, en el arco de las campanas, la guardia suiza miraba asombrada. Durante toda la mañana unos camiones transportaban los trozos de madera que servirán para separar las dependencias del cónclave y los vendedores ambulantes abundaban como todos estos días. Por tanto, el gesto del sacerdote podía ser interpretado como algo normal.

Aprovechando Ia duda de los primeros instantes, el sacerdote, que iba acompañado de unos cincuenta «fieles», comenzó a celebrar la misa, según el rito de San Pío V, que fue abolido en el Concilio Vaticano II. Luego, unos agentes de seguridad de servicio en la plaza se dirigieron al sacerdote para informarle que no podía celebrar ningún acto sin permiso.

El «oficiante» -que, parece ser, se trata del abad Louis Coache, director de la revista ultraconservadora de Dijon (Francia) Combat de la Foi- comenzó a discutir con los policías mientras sus seguidores salían en su defensa y comenzaban a empujar a los agentes. El conflicto aumentó y alcanzó su grado máximo cuando uno de los «fieles» sacó de su bolsillo un spray con líquido irritante y lanzó su contenido a un policía. Finalmente más agentes de seguridad acudieron en ayuda de su compañero, y tres ultraconservadores eran detenidos mientras el resto fue puesto en libertad después de las primeras diligencias.

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