La tragedia de Las Rozas

EL PAIS publica hoy un editorial que con gran sentido periodístico titula «Una absurda tragedia», e relación con la muerte en un incendio en Las Rozas de dos niños de cinco años y tres meses de edad, que -se afirma en esta edición- «quizá hubieran podido ser salva dos si los servicios de bomberos hubieran funcionado correcta mente». Estamos completamente de acuerdo con ustedes en que la muerte de dos seres humanos, y más aún si ésta ocurre por accidente y cuando apenas han empezado a vivir, es una tragedia y que puede considerarse incluso absurda.De acuerdo también en que debe hacerse todo lo ...

EL PAIS publica hoy un editorial que con gran sentido periodístico titula «Una absurda tragedia», e relación con la muerte en un incendio en Las Rozas de dos niños de cinco años y tres meses de edad, que -se afirma en esta edición- «quizá hubieran podido ser salva dos si los servicios de bomberos hubieran funcionado correcta mente». Estamos completamente de acuerdo con ustedes en que la muerte de dos seres humanos, y más aún si ésta ocurre por accidente y cuando apenas han empezado a vivir, es una tragedia y que puede considerarse incluso absurda.De acuerdo también en que debe hacerse todo lo posible para que estas tragedias no se repitan y para ello dotar a todos los municipios de los servicios correspondientes para evitarlo.

Madrid es el mayor de todos estos municipios y todos los esfuerzos que están haciéndose no son bastantes para tener la garantía de que esto no ocurrirá, pero, pese a ello en todo momento el servicio de bomberos de este Ayuntamiento ha estado dispuesto a acudir en ayuda de quienes lo necesitaron, por encima de todo tipo de requisitos administrativos y mentalidades seudoburocráticas. Creemos que la historia de este cuerpo es suficientemente conocida para que no sea necesario recordar ni con anécdotas ni con estadísticas todos los casos en que hemos prestado ayuda a los municipios cercanos.

Por eso, como profesionales y como simples seres humanos, nos duele lo que consideramos injusticia de algunos comentarios que parecen poner en duda nuestro espíritu de servicio y solidaridad.

En el caso del siniestro de Las Rozas concretamente, recibimos a las 18.30 horas de anteayer, día 4, una llamada de personas no identificadas y nos apresuramos a disponer el envío de los necesitados auxilios.

Simultáneamente, pusimos el hecho en conocimiento del servicio contra incendios de la Diputación Provincial, a quien corresponde prioritariamente esta misión y nos dijo que ya estaban actuando ellos en el lugar del siniestro, no obstante lo cual se ofreció de nuevo nuestra ayuda.

Por eso, los bomberos de Madrid no estuvieron presentes en Las Rozas y quisiéramos pedirle que estos hechos tan simples fueran puestos en conocimiento de los lectores de su periódico para que, por sí mismos, pudieran juzgar el caso.

Lamentamos profundamente este triste suceso y estamos seguros de que las investigaciones que según ustedes están desarrollándose tengan la mayor amplitud posible para que el público pueda conocer toda la realidad.

Quisiéramos también reiterar nuestra disposición para ayudar en la medida de nuestras posibilidades y competencias a poner en práctica todas las medidas necesarias para que estos hechos no se repitan.

Muy agradecido por la acogida que en sus páginas quiera dar a estas líneas y le saluda cordialmente

Arquitecto director del Cuerpo de Bomberos