"El «comité de notables» de Giscard no debe complicar el funcionamiento de la Comunidad Europea"

El ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica, Henri Simonet, acompaña a los reyes Balduino y Fabiola en su viaje a España y aprovechará su estancia en Madrid para tratar con su colega español, Marcelino Oreja, los problemas derivados de la candidatura de España al Mercado Común y otros temas de relaciones exteriores.EL PAIS. ¿Cómo ve usted el proceso de ampliación del Mercado Común?

Henri Simonet. Estamos comprometidos en un proceso de ampliación que debe desarrollarse, normalmente, en tres fases consecutivas. La primera concluirá en los próximos meses con el fin de la neg...

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El ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica, Henri Simonet, acompaña a los reyes Balduino y Fabiola en su viaje a España y aprovechará su estancia en Madrid para tratar con su colega español, Marcelino Oreja, los problemas derivados de la candidatura de España al Mercado Común y otros temas de relaciones exteriores.EL PAIS. ¿Cómo ve usted el proceso de ampliación del Mercado Común?

Henri Simonet. Estamos comprometidos en un proceso de ampliación que debe desarrollarse, normalmente, en tres fases consecutivas. La primera concluirá en los próximos meses con el fin de la negociación con Grecia. Probablemente se iniciará la apertura de negociaciones con Portugal. Y la próxima presentación, por parte de la Comisión Europea, del avis (dictamen) para las futuras negociaciones con España.

P. Candidatura, la de España, que parece preocupar más que las otras a los responsables comunitarios. ,Yor qué?

R. Es evidente que la adhesión de España supone más problemas. Por el peso de la economía española, por su diversidad, su nivel de desarrollo, por las dificultades que, en el plano agrícola, creará a algunos Estados miembros y también por las propias repercusiones que la adhesión representará en el plano interno español. España es una de las grandes potencias industriales europeas. Atraviesa, de manera extraordinaria, uno de los procesos de transformación política más destacables de este siglo, como supone pasar de manera pacífica (excepto reservas de algunos acontecimientos trágicos) de una dictadura paralizante, a una verdadera democracia parlamentaria; supone una mutación al límite de lo credible que debemos apoyar. Pero sin que ello represente que podamos dejar de lado los aspectos económicos que comporta la candidatura de España a la Comunidad Europea.

P. En su opinión, ¿qué aportará España a la Comunidad?

R. La vinculación de España hacia ciertas partes del mundo, que Europa tuvo tendencia al olvidar, y su posición de prestigio y crédito hacia América Latina, sera muy positiva para Europa, cuando España ocupe la plaza que le corresponde en tanto que una de las grandes culturas europeas. Incontestablemente su postura beneficiará a Europa si, en este momento se está dispuesto a comprender la rica aportación española. Por ejemplo, la acogida del primer ministro español en Cuba representó para mí una revelación. Todo ello confirma mi convicción de que no sólo España tiene su sitio en el concierto europeo, sino que tiene un puesto que corresponde a una carencia de Europa.

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P. Habla usted de la aportación positiva del ingreso español a la Comunidad. ¿Y los problemas?

R. Para la propia Comunidad Europea, con o sin España, con o sin Grecia, con o sin Portugal, la idea de ampliación acentúa de manera más radical el problema, que existe ya ahora, de la forma de decisión para el desarrollo de las políticas comunes. La comisión europea, analizó ya ese aspecto en su «fresco» (panorámica) sobre la ampliación. La carta del presidente francés Valery Giscard d'Estaing de crear un «comité de notables» va también en tal sentido.

P. Bélgica, ¿apoya la propuesta de Giscard?

R. La iniciativa del presidente Giscard la encuentro a la vez útil, por que provocará un debate, pero en tanto que ministro de Asuntos Exteriores de un país que no es de los más grandes de la Comunidad, por más útil que sea, si el debate no está bien dirigido, podría conducir a un desplazamiento del centro de gravedad de la Comunidad hacia el Consejo Europeo (jefes de Estado o de Gobierno), con perjuicio para los órganos normales de decisión de la Comunidad. En otros términos, el planteamiento del presidente Giscard es elogiable y excelente en su propósito para un mejor funcionamiento de la Comunidad, siempre y cuando las posibles fórmulas que propongan los miembros del «comité de notables» no compliquen aún más el funcionamiento de las instituciones comunitarias.

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