Italia regula la huelga

«Durante años, a los españoles se nos puso a Italia como ejemplo de país asolado por las huelgas. Italia era un caos, y en la experiencia de los turistas españoles por aquella península nunca faltaban la de una huelga de camareros en Roma, de basureros en Venecia o de cobradores en la autopista del Sol.

Quizá a partir de ahora, Italia pueda ser, a ojos hispanos, ejemplo de lo contrario y ejemplo muy a tener en cuenta. La Federación Sindical italiana, que agrupa a las grandes centrales comunista, demócrata-cristiana y socialista, ha aprobado un código de autorreglamentación de la huelga,...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

«Durante años, a los españoles se nos puso a Italia como ejemplo de país asolado por las huelgas. Italia era un caos, y en la experiencia de los turistas españoles por aquella península nunca faltaban la de una huelga de camareros en Roma, de basureros en Venecia o de cobradores en la autopista del Sol.

Quizá a partir de ahora, Italia pueda ser, a ojos hispanos, ejemplo de lo contrario y ejemplo muy a tener en cuenta. La Federación Sindical italiana, que agrupa a las grandes centrales comunista, demócrata-cristiana y socialista, ha aprobado un código de autorreglamentación de la huelga, piedra de toque para una nueva ley sobre el derecho de huelga en aquel país.

Se camina hacia una delimitación más precisa de lo que se estima son servicios públicos esenciales, de los sindicatos y, por tanto, servicios que deben quedar al margen de las huelgas al tiempo que se pone coto a la proliferación de huelgas salvajes, que en la práctica vienen invalidando la autoridad de los sindicatos y erosionando la economía, con mayor preaviso y mejor publicidad de las causas que llevan a la huelga.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

No se trata de acabar con la huelga, sino de llegar a una regulación más realista, que, con criterios gradualistas, establezca una proporción entre las reivindicaciones de los trabajadores y el daño ocasionado por la huelga. En definitiva, que la huelga, esté claramente justificada y sea efectivamente el último recurso disponible, (..)»

23 de septiembre de 1978

Archivado En