Mueren dos niñas abrasadas en el incendio de una chabola

Dos niñas de ocho y seis años de edad, Noelia y Maribel Fernández Sánchez, murieron durante la madrugada de ayer a consecuencia de un incendio ocurrido en una casita baja de la calle Cambados, 9, en el barrio de Canillas. Dos hermanas de las niñas, Gema, de tres años, y Antonia, de dos, y la madre de las pequeñas, Amalia Sánchez, de 31 años, se encuentran hospitalizadas con heridas graves. El padre, Diego Fernández, de 33 años y encofrador de profesión, logró salir ileso.

«Eran aproximadamente las tres y cuarto de la madrugada. Yo estaba en casa, medio dormida -explicó a EL PAIS Adela L...

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Dos niñas de ocho y seis años de edad, Noelia y Maribel Fernández Sánchez, murieron durante la madrugada de ayer a consecuencia de un incendio ocurrido en una casita baja de la calle Cambados, 9, en el barrio de Canillas. Dos hermanas de las niñas, Gema, de tres años, y Antonia, de dos, y la madre de las pequeñas, Amalia Sánchez, de 31 años, se encuentran hospitalizadas con heridas graves. El padre, Diego Fernández, de 33 años y encofrador de profesión, logró salir ileso.

«Eran aproximadamente las tres y cuarto de la madrugada. Yo estaba en casa, medio dormida -explicó a EL PAIS Adela López, vecina de la familia- De repente empecé a oír gritos pidiendo auxilio y salí disparada. Todo era llamas y humo.»Según todas las versiones recogidas, el incendio se produjo por un cortocircuito en el televisor. La casa, construida con ladrillo y con tejado de uralita, ardió rápidamente. La distribución de la vivienda también hizo difícil la salida.

Nada más oír los gritos, varios vecinos corrieron hasta la vivienda. Entrar por la puerta de la casa era imposible por las llamas y porque la puerta estaba bloqueada. La sala en la que se produjo el cortocircuito está a la entrada de la casa. La primera habitación, a la derecha de esta sala, es el dormitorio en el que estaban las niñas. Ellas fueron las primeras en ser alcanzadas por las llamas. Justo al lado, está la habitación de los padres. Las ventanas de ambas piezas están protegidas por rejas de hierro que hicieron imposible la salida al exterior. El padre logró atravesar la casa y salir por la ventana del cuarto de baño, un hueco de no más de un palmo de anchura.

Cuando los vecinos consiguieron abrir con picos un boquete en la pared del dormitorio del matrimonio, sólo pudieron sacar ya los cadáveres de las dos pequeñas y los cuerpos de las otras dos niñas y la madre en estado grave. Habían pasado veinte minutos desde que los vecinos habían oído los primeros gritos.

El servicio de bomberos llegó a los veinticinco minutos de iniciarse el incendio. Hacia las cuatro menos cuarto las llamas quedaron sofocadas. Hasta entonces ,los vecinos habían luchado contra las llamas con cubos, de agua. Uno de los vecinos hizo la respiración artificial a las heridas. Sin embargo, la ambulancia no había llegado todavía. «La cabina telefónica está un poco lejos y es difícil llegar hasta aquí», explicaba una señora.

Un vecino sacó su coche y trasladó a las cuatro niñas y, a la madre a La Paz. La madre fue ingresada en la planta de Reanimación y las dos niñas trasladadas a la Residencia Infantil del Niño Jesús.

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El parte médico de la madre dice que se encuentra en estado grave, con un edema pulmonar y neumótorax derecho.

En cuanto a las niñas pequeñas, el director del Niño Jesús, el doctor Angel Crespo, informó de que Gema Fernández se encontraba en observación, fuera de peligro, y que esperaban que en dos o tres días la niña saldría del centro. Sin embargo, Antonia está en reanimación con complicaciones respiratorias y en un estado calificado todavía de grave.

El estado del padre, pese a que consiguió salir ileso del suceso, era altamente depresivo, según informaron algunas vecinas. «Está con unos familiares y no quiere hablar con nadie. Está bajo los efectos de un fuerte shock. Son buena gente. Llevan aquí viviendo mucho tiempo. Nosotros vamos a intentar ayudarles económicamente y en todo lo que podamos.»

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