La Comisión Provincial de Precios sólo acepta una subida del 11,8 por 100 en las tarifas de taxis

Los taxistas autopatronos pueden ir a la huelga la próxima semana como consecuencia de no haberse aceptado por parte de los trabajadores en la mañana de ayer la subida de tarifas propuesta por la Comisión Provincial de Precios, que se elevaba a un 11,8% sobre los precios actuales.

La reunión de la citada Comisión fue calificada como muy fuerte por algunos de los asistentes, ya que tras hacer esperar a los taxistas se discutió un informe elaborado por los técnicos de la Comisión, en base a una jornada laboral de doce horas diarias durante 258 días al año. «El Sindicato Unitario es...

Los taxistas autopatronos pueden ir a la huelga la próxima semana como consecuencia de no haberse aceptado por parte de los trabajadores en la mañana de ayer la subida de tarifas propuesta por la Comisión Provincial de Precios, que se elevaba a un 11,8% sobre los precios actuales.

La reunión de la citada Comisión fue calificada como muy fuerte por algunos de los asistentes, ya que tras hacer esperar a los taxistas se discutió un informe elaborado por los técnicos de la Comisión, en base a una jornada laboral de doce horas diarias durante 258 días al año. «El Sindicato Unitario está en total desacuerdo con el informe, ya que lo fundamenta en una jornada de trabajo de doce horas, hecho con el que hay que terminar, tanto por el taxista como por el público, que en estas condiciones de trabajo no tienen ninguna garantía de seguridad», informaba una nota hecha pública ayer.En este sentido, el señor Fernández Santos, presidente de la Federación Provincial de Trabajadores Autónomos del Taxi, manifestó a EL PAIS que «no se puede partir de la premisa de que el taxista trabaje doce horas ni tenemos por qué trabajarlas como única solución para nivelar el déficit. No en tendemos lo que quiere la Comisión de Precios, ni sabemos a quiénes han preguntado para obtener unos gastos, de mantenimiento, documentación y seguro mucho más bajos de los que taxistas, Ayuntamiento e, incluso, Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos hemos presentado. Además de bajar estos gastos han inflado nuestros ingresos, diciendo que en doce horas podríamos cobrar 3.850 pesetas, cuando nuestros estudios, limitados lógicamente a las ocho horas, nos dan unos ingresos de 2.100 pesetas».

La huelga, a discusión

Para contrarrestar esta jornada la Comisión de Precios informaba favorablemente sobre una subida de tarifas que sin afectar a la bajada de bandera, que continuaría en veinticinco pesetas, aumentaría el kilómetro recorrido, de doce a catorce pesetas, y la hora parada, de 360 a 420 pesetas. Esta aprobación fue rechazada por los autopatronos, que, al término de la reunión, que duró cinco horas, acordaron reunirse hoy para discutir la postura a adoptar.Sobre esta subida, el Sindicato Unitario, en su comunicado, manifiesta que «ni esta subida ni otra posterior soluciona la situación de los autopatronos». Según informó Francisco Esteban, miembro de la ejecutiva del Sindicato Unitario, la solución «tal como propugnan los vecinos, es que se cree un sistema de turnos, única posibilidad que permitiría el aumento de la recaudación en un 40%».

Esta solución fue rechazada por los autopatronos, que condicionan el estudio del sistema de turnos a que se conceda una subida del 22% en las tarifas.

Se aplique una solución u otra, lo cierto es que la industria del taxi necesita una profunda remodelación. Los 15.382 taxis que funcionan en la actualidad, con dos días de permiso semanal, sin horarios fijos, con unos déficit que, según el autopatrono, alcanzan las 400.000 pesetas al año, y con un servicio que, aunque se suban las tarifas no va a experimentar ninguna mejora, son demasiadas razones para este replanteamiento. El hecho de que se aplique un suplemento transitorio hasta que se demuestre, según los asalariados, que el sistema de turnos aumenta la recaudación o de que se suban las tarifas ahora para humanizar la jornada laboral del taxista, no va a solucionar, de cara al usuario, la situación de una industria en la que cada grupo busca unos beneficios en medio de un constante ir y venir de los trabajadores por diversos ministerios para paliar de alguna forma la falta de una reglamentación del taxi, el suministro de un combustible, o la obtención de una completa, Seguridad Social.