El ex nazi Filbinger, abandonado por la DC alemana

La contumancia del jefe del Gobierno democristiano (derecha) de Baja Sajonia, Filbinger, ha convencido al fin a los dirigentes de su partido de que ya no es posible mantener incondicionalmente su respaldo a este antiguo juez militar nazi y actual candidato a la presidencia de la República Federal de Alemania, además de presidente del Gobierno regional de Stuagart y principal terrateniente de la comarca.

Como en tres ocasiones anteriores, también esta vez Hans Karl Filbinger ha dicho -por cuarta vez- que ya no tiene en su haber más sentencias de muerte contra desertores del Ejército ...

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La contumancia del jefe del Gobierno democristiano (derecha) de Baja Sajonia, Filbinger, ha convencido al fin a los dirigentes de su partido de que ya no es posible mantener incondicionalmente su respaldo a este antiguo juez militar nazi y actual candidato a la presidencia de la República Federal de Alemania, además de presidente del Gobierno regional de Stuagart y principal terrateniente de la comarca.

Como en tres ocasiones anteriores, también esta vez Hans Karl Filbinger ha dicho -por cuarta vez- que ya no tiene en su haber más sentencias de muerte contra desertores del Ejército hitleriano durante la época nazi. Respecto a la que acaba de trascender solicitada por el entonces juez de la armada, en función de fiscal, el 17 de agosto de 1943, el condenado se benefició de una conmutación de la pena capital por otra de diez años de trabajos forzados, pero murió de pulmonía tres meses después de ingresar en el campo de castigo.

Llega a trascendencia federal

La trascendencia política de la discutida posición del ex juez nazi empieza a hacerse notar a nivel federal. Baden-Würtenberg es la tercera región alemana por número de habitantes, y una pérdida de este land por la Democracia Cristiana significaría reducir sensiblemente su sobrepeso en el Consejo de las Regiones o Bundesrat. Desde que trascendió la primera sentencia a pena capital firmada por Filbinger durante la dictadura hitieriana, los socialdemócratas han presentado al funcionario como símbolo de lo que jamás debe ser un político democrático de la Alemania de hoy: más que el pasado, cuenta la «buena conciencia patológíca» del jefe del Gobierno de Baden y su frialdad a la hora de afirmar, en un principio, que no tenía idea de haber fírmado alguna vez penas de muerte, y luego al garántizar con cada descubrimiento que se trataba del último de la serie.

Hace una semana destacados dirigentes democristianos declararon que su apoyo a Filbinger desaparecería sí volvía a trascender una nueva intervención judicial del ex nazi.

Inminente decisión de Kohl

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Apenas llegada esta ocasión, el secretario general de la DC, Geissler, se ha trasladado a Stuttgart para clarificar la situación sobre el terreno. El propio presidente de la Unión Democristiana, Kohl, regresará el miércoles de Austria para fijar una posición definitiva, ante el temor de que reaparezcan nuevas sentencias suscritas por el olvidadizo candidato a la presidencia de la nación. La iglesia también ha intervenido en el caso. El obispo evangélico de Berlín, Kruse, ha señalado en un artículo que Filbinger no es precisamente un buen ejemplo para nadie. Los socialdemócratas de la región han optado, ante la resistencia de Filbinger a dimitir, por no tomar parte en ningún acto en el que esté presente el ex nazi.

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