La exportación cubre más de la mitad de la producción siderúrgica

El incremento de las exportaciones de productos siderúrgicos en el primer semestre del año ha permitido el mantenimiento de la actividad y de unos ingresos base para el sector. De los 4,7 millones de toneladas de producción alcanzada en los cinco primeros meses del año (5,6 millones con junio), 2,5 millones han podido exportarse en favorables condiciones. De esta forma la caída de la demanda interna ha podido ser compensada. En estos momentos las cifras de producción se sitúan al mismo nivel, o un poco por encima, de las del pasado año y las cuentas de resultados de las empresas son menos mal...

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El incremento de las exportaciones de productos siderúrgicos en el primer semestre del año ha permitido el mantenimiento de la actividad y de unos ingresos base para el sector. De los 4,7 millones de toneladas de producción alcanzada en los cinco primeros meses del año (5,6 millones con junio), 2,5 millones han podido exportarse en favorables condiciones. De esta forma la caída de la demanda interna ha podido ser compensada. En estos momentos las cifras de producción se sitúan al mismo nivel, o un poco por encima, de las del pasado año y las cuentas de resultados de las empresas son menos malas de lo que hace unos meses se temió.

En opinión de algunos expertos, la crisis se está encajando mejor de lo que se pensaba hace unos meses. El aumento de precios interiores ha permitido compensar los crecimientos de costes y garantizar una cierta rentabilidad al sector.

Hay que destacar también que los 2,5 millones de toneladas exportados hasta mayo tienen una contrapartida importadora de sólo medio millón de toneladas. El saldo favorable del comercio exterior siderúrgico por valor de más de 25.000 millones. Esta cantidad para los cinco meses supera todas las registradas en la historia para el año completo.

Expertos de la Administración han señalado y destacado el esfuerzo de la industria siderúrgica a la hora de abrir mercados exteriores con los que conseguir garantizar un mantenimiento de la actividad, el empleo y la rentabilidad. Destaca también la mejora de las estructuras de costes, que ha permitido reducir sensiblemente las previsiones de pérdidas.

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