El Gobierno vasco en el exilio se resiste a la autodisolución

«Existimos como mandatarios del pueblo vasco y eso seremos hasta que los vascos decidan otra cosa. No volveremos a Euskadi, no se disolverá el Gobierno mientras no exista otro nuevo salido de un estatuto de autonomía. El Gobierno vasco es el único reducto de la República, un Gobierno creado dentro de la Constitución republicana española. Las circunstancias han cambiado, pero aunque la guerra haya acabado no hay circunstancias que determinen el que nosotros tengamos que desaparecer.»

, Estas palabras de Jesús María Leizaola, lendakari vasco, pronunciadas a raíz del último pleno del G...

«Existimos como mandatarios del pueblo vasco y eso seremos hasta que los vascos decidan otra cosa. No volveremos a Euskadi, no se disolverá el Gobierno mientras no exista otro nuevo salido de un estatuto de autonomía. El Gobierno vasco es el único reducto de la República, un Gobierno creado dentro de la Constitución republicana española. Las circunstancias han cambiado, pero aunque la guerra haya acabado no hay circunstancias que determinen el que nosotros tengamos que desaparecer.»

, Estas palabras de Jesús María Leizaola, lendakari vasco, pronunciadas a raíz del último pleno del Gobierno que preside, celebrado ayer en Bayona, constituyen un rotundo mentís a la disolución del mismo, tema del que se había hablado con profusión en los últimos días.En continuo contacto por vía telefónica con Madrid para conocer las últimas novedades en torno a los debates constitucionales y los sucesos habidos por la mañana se desarrolló el pleno del Gobierno vasco en una fecha signifícativa. para los habitantes de Euskadi. Ayer se celebraba el 102 aniversario de la abolición de los fueros vascos.

En la reunión, a la que asistieron junto con el presidente los consejeros Gonzalo Nardiz (ANV), Juan Iglesias (PSOE) y Mikei Isasi (PNV), además de estudiar la actual situación de Euskadi, el Gobierno vasco analizó la marcha del debate constitucional en torno al tema de las autonomías, la necesidad de creación de una policía autónoma y la pacificación de Euskadi. A pesar de todo, el Gobierno vasco decidió no hacer pública ninguna declaración al término de la reunión.

«El tema de la disolución del Gobierno vasco no se ha tocado en esta mesa.» Sin embargo, la rueda de prensa posterior demostraría la preocupación del Gobierno vasco por aclarar lo que consideran «un rumor absolutamente falso de procedencia desconocida». Al parecer, el Gobierno vasco prefiere esperar lo que se decida en Madrid con respecto a este ente autonómico, para estudiar posteriormente la disolución o no del mismo.

Gonzalo Nardiz, consejero de Acción Nacionalista Vasca, declararía a este respecto: « Es por la voluntad del pueblo vasco por la que el Gobierno en el exilio subsiste. Mientras el puebIo vasco no testimonie otra voluntad a través de otro Gobierno subsistiremos. Mientras, añadió, aconsejaremos, aplaudiremos, induciremos al Consejo General Vasco a seguir acometiendo el camino emprendido pero nunca estorbaríamos su labor.»

Señaló Jesús María Leizaola que, pese a lo publicado, el Gobierno vasco no tenía ninguna constancia de que UCD hubiera impuesto como condición de la negociación del tema autonómico con el PNV su disolución. «No tenemos noticias de ello. Ni, el PNV ni el PSOE ni UCD nos han comunicado este extremo. De momento nos mantendremos en nuestra postura. Ahora bien, si los partidos,que constituyen el Gobierno vasco deciden su disolución no creo que hubiera problemas a este respecto. Aceptaríamos la voluntad de la mayoría.» .

Preguntado el lendakari en torno al parecer evidente deseo de UCD de ver disuelto el Gobierno vasco, aquél respondió: «No estoy seguro que UCD lo desee; no me lo planteo ni como. hipótesis; quizá pueda molestarles nuestra existencia, porque somos el único reducto legal de la República, pero aquí, con nosotros, se han reunido representantes, diputados de UCD, y no nos han pedido que nos disolvamos.»

Con respecto a su pretendido regreso a Euskadi, Leizaola dijo: «A pesar de lo que he dicho, volveré cuando- decidan mis compañeros. Estaré con el ramo de olivo en la mano preparado para depositarlo en la tumba de los caídos de buena fe, de cualquiera de los dos bandos.»