Cartas al director

Crímenes y errores

Hoy he comprendido, por fin, que somos niños, 36 millones de niños. Nuestro padre, que está en Madrid, nos decía la otra noche desde el ara mayor de la nación la verdadera faz de las cosas. el verdadero y único significado de los hechos. Los niños asistimos admirados a la gran apertura de la Verdad, anonadados por aquella evidencia que hasta entonces se nos ocultaba, tanto más que los acólitos de nuestro padre, que está en Madrid. decían todavía más Verdad.Nunca más tendremos pensamientos propios, prontos a la duda y a la sinrazón. Nuncan más nos indignaremos antes de conocer la Verdad. De otr...

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Hoy he comprendido, por fin, que somos niños, 36 millones de niños. Nuestro padre, que está en Madrid, nos decía la otra noche desde el ara mayor de la nación la verdadera faz de las cosas. el verdadero y único significado de los hechos. Los niños asistimos admirados a la gran apertura de la Verdad, anonadados por aquella evidencia que hasta entonces se nos ocultaba, tanto más que los acólitos de nuestro padre, que está en Madrid. decían todavía más Verdad.Nunca más tendremos pensamientos propios, prontos a la duda y a la sinrazón. Nuncan más nos indignaremos antes de conocer la Verdad. De otro modo, nunca comprenderíamos la sabia sentencia:

«Lo nuestro son errores, lo otro son crímenes. »

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