Portugal marca sus diferencias con Francia en política africana

Un grupo de personalidades de izquierda, entre las cuales figuran varios diputados y el ex ministro socialista y actual dirigente de la Unión de la Izquierda para la Democracia Socialista, Lopes Cardoso, han tomado posición contra la presencia en Portugal, a partir de hoy, del presidente francés Giscard D'Estaing.El principal motivo de preocupación de la izquierda portuguesa son las eventuales presiones que Francia podría ejercer sobre la política africana de Portugal, a pesar de las distancias tomadas públicamente por los responsables de la diplomacia portuguesa en relación con la política de...

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Un grupo de personalidades de izquierda, entre las cuales figuran varios diputados y el ex ministro socialista y actual dirigente de la Unión de la Izquierda para la Democracia Socialista, Lopes Cardoso, han tomado posición contra la presencia en Portugal, a partir de hoy, del presidente francés Giscard D'Estaing.El principal motivo de preocupación de la izquierda portuguesa son las eventuales presiones que Francia podría ejercer sobre la política africana de Portugal, a pesar de las distancias tomadas públicamente por los responsables de la diplomacia portuguesa en relación con la política de intervención francesa en el continente negro.

En el comunicado divulgado ayer en Lisboa por este grupo de personalidades se afirma que «bajo el disfraz de las más diversas justificaciones, la política francesa en Africa se caracteriza por el belicismo y por la falta de respeto y sistemática de las resoluciones de las Naciones Unidas».

No parece, sin embargo, que Portugal esté dispuesto a alterar de manera significante la orientación de su política en relación, al menos, a sus antiguas colonias africanas. Los esfuerzos desplegados para una normalización de estas relaciones acaba de encontrar una nueva ilustración con los acuerdos firmados con la pequeña república de San Tomé y Príncipe. La ayuda portuguesa va a significar un auténtico balón de oxígeno para este pequeño país de menos de 100.000 habitantes, fuertemente codiciado por el vecino Gabón, cuyo régimen es considerado como totalmente controlado por París.

Zaire, Angola y Portugal

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Un nuevo resultado positivo del encuentro de Bisau entre Eanes y Agostino Neto parece ser el progreso, de la normalización de las relaciones entre el Zaire y Angola, verificado como consecuencia de la reunión Mobutu-Neto de Brazaville. El presidente angoleño ha afirmado que «un país no africano» había contribuido fuertemente para la realización del encuentro, y la prensa portuguesa se complace en identificar este país con Portugal. El restablecimiento de la circulación sobre la vía férrea de Benguela, a la que se comprometen los jefes de Estado de Zaire y de Angola significaría, para los dos países, un gran progreso en la resolución de sus dificultades económicas. En efecto, esta vía férrea, interrumpida desde 1974, aseguraba la evacuación hacia los puertos angoleños de buena parte de la producción de las provincias orientales de Angola, pero también del cobre del Shaba, hoy obligado a un largo y complicado trayecto a través de Zambia y Rodesia. La inseguridad sobre la vía era alimentada por las guerrillas de Jonás Savimbi, el dirigente de la UNITA, que se precia de buenos apoyos en París. Mobutu y Neto parecen haber llegado a un acuerdo para la eliminación de toda ayuda a los grupos hostiles al otro: Neto desarmó los gendarmes katangueños y Mobuta acaba de retirar su apoyo a Savimbi.

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