España rechaza las ofertas de ayuda sanitaria de los países europeos

La catástrofe del camping Los Alfaques se ha seguido con interés y consternación en toda Europa. En Francia, Alemania Federal, Gran Bretaña y Bélgica, países de origen de muchas de las víctimas del accidente, se ha desplegado una intensa actividad administrativa y sanitaria destinada al socorro y repatriación de muertos y heridos a sus localidades de origen y a centros sanitarios especializados en quemados. Nuestros corresponsales en Bonn, Londres, París y Bruselas nos resumen las primeras reacciones y hechos registrados en estos países en relación con la catástrofe. En ellas se critica la sup...

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La catástrofe del camping Los Alfaques se ha seguido con interés y consternación en toda Europa. En Francia, Alemania Federal, Gran Bretaña y Bélgica, países de origen de muchas de las víctimas del accidente, se ha desplegado una intensa actividad administrativa y sanitaria destinada al socorro y repatriación de muertos y heridos a sus localidades de origen y a centros sanitarios especializados en quemados. Nuestros corresponsales en Bonn, Londres, París y Bruselas nos resumen las primeras reacciones y hechos registrados en estos países en relación con la catástrofe. En ellas se critica la superpoblación del camping, la tardanza de los primeros auxilios y la negativa española a trasladar sin identificación y a recibir ayuda, que se consideró innecesaria.

Las dificultades de identificación de muertos y heridos a causa de las quemaduras, que han reducido muchos cuerpos a cenizas y desfigurado otros, se ha convertido en una traba importante para permitir una rápida repatriación de las víctimas, a pesar de que las autoridades españolas dieron todo tipo de facilidades, pero respetando las normas sanitarias y administrativas para el traslado de las personas heridas y fallecidas a sus países de origen. Es por ello que la operación de repatriación se está realizando poco a poco, y ante algunas protestas de países afectados, a pesar de que no son medios técnicos ni sanitarios los que las retrasan, porque tanto los distintos Gobiernos de los países afectados como entidades sanitarias privadas e internacionales y compañías de seguros han puesto en marcha un amplio despliegue de medios, en el que se incluyen el fletamiento de varios aviones y envío de funcionarios de las distintas administraciones especializados en sistemas de investigación de cadáveres calcinados. También se ofreció ayuda sanitaria, rechazada por España por considerarse innecesaria.Nuestro corresponsal en Bonn, Julio Sierra, nos informa de la llegada de un primer grupo de heridos al hospital de quemaduras de Ludwigshafen, transportados en aviones especiales que han cubierto un puente aéreo entre Tarragona y Stuttgart. La Cruz Roja alemana, que ofreció sus servicios a la española, ha criticado la tardanza de los primeros traslados de heridos momentos después del accidente, a la vez que elogió la actuación de las dependencias sanitarias españolas.

También en Alemania se ha criticado el hecho de que el camping estuviera superado en su aforo legal y se han interesado por las normativas de tráfico en las carreteras españolas. La prensa alemana destaca en grandes titulares la noticia del accidente y señala que el Gobierno de su país ha creado un «centro de crisis», destinado a coordinar las operaciones y a atender a las víctimas y a sus familiares, así como los centenares de llamadas telefónicas de personas que buscan posibles nombres de amigos, o familiares.

Desde Bruselas, Ramón Vilaró nos informa que han comenzado a llegar a Bélgica algunos heridos, transportados por vía aérea al aeropuerto belga de Gosselíes. Doce primeros heridos fueron transportados ayer en un avión Caravelle y en un Mystere, coordinados por la compañía de seguros Europa-Assistance. También la prensa, radio y televisión de Bélgica han hecho amplios despliegues informativos: el diario Le Soir titula «Infierno en un camping español» y el sensacionalista La Lanterne califica la catástrofe como «la principal de la historia de las vacaciones».

El diario The Times, de Londres, define el accidente de «hecho desgraciado», teoría que mantiene también el rotativo The Daily Mail, según nos informa nuestro corresponsal en la capital británica, quien añade que un avión-ambulancia despegó ayer de Ia localidad de Conventry con destino a Barcelona, para sumarse a las operaciones de repatriación. También hay que destacar que el ministro británico de Transportes, Willan Rodgers, ha ordenado una encuesta para analizar y debatir las condiciones del transporte de elementos peligrosos en Gran Bretaña para prever cualquier tipo de accidentes.

Enviado de Giscard d'Estaing

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores de Francia, Olivier Stirn, salió ayer de París con destino a Madrid como enviado especial del presidente Giscard d'Estaing para entrevistarse con las autoridades españolas y seguir de cerca las operaciones de cura y repatriación de las víctimas francesas, según nos informa desde París nuestro corresponsal, Feliciano Fidalgo, quien añade que el enviado especial de Francia intentará conseguir del Gobierno español facilidades extraordinarias para el traslado de heridos y de personas muertas a Francia. El motivo de esta insistencia gala, que quiere traspasar normas sanitarias y administrativas españolas, se basa en la idea que tiene la Administración del país vecino de que sus centros sanitarios podrían estar mejor dotados que los españoles para tratar las quemaduras.

Por el momento se sabe que quince heridos han sido autorizados a partir para Francia porque su estado no se considera grave, y se espera que en las próximas horas se anuncien otros posibles traslados. Por su parte, la prensa francesa trata con moderación y sin sensacionalismo la catástrofe y algunos periódicos se quejan de que los primeros auxilios no fueron suficientemente rápidos, a la vez que critican el hecho de que el camping estaba superpoblado, por encima de las normas legales españolas.

Finalmente hay que destacar los numerosos mensajes de condolencia recibidos por las autoridades españolas y firmados por primeros dirigentes europeos. Entre ellos figura también un telegrama del papa Pablo VI, enviado por el secretario de Estado vaticano, cardenal Villot, al obispo de Tortosa, monseñor Carles Gordo, en el que el Papa declara su pesar y condolencia por el accidente.

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