Derecho de libre establecimiento para dentistas del Mercado común
Los 100.000 dentistas de los nueve Estados del Mercado Común se beneficiarán de la libertad de establecimiento y práctica de su oficio en cualquier país de la CEE, según resolución adoptada por el último Consejo de Ministros comunitario, celebrado a primeros de esta semana en Luxemburgo.Después de los médicos y las enfermeras toca el turno a los profesionales de la ciencia dental, para que puedan disfrutar de la desaparición de fronteras entre los nueve Estados de la CEE.
El Tratado de Roma concede, desde su aplicación en 1958, la libertad de circulación y residencia a cualquier ciudada...
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Los 100.000 dentistas de los nueve Estados del Mercado Común se beneficiarán de la libertad de establecimiento y práctica de su oficio en cualquier país de la CEE, según resolución adoptada por el último Consejo de Ministros comunitario, celebrado a primeros de esta semana en Luxemburgo.Después de los médicos y las enfermeras toca el turno a los profesionales de la ciencia dental, para que puedan disfrutar de la desaparición de fronteras entre los nueve Estados de la CEE.
El Tratado de Roma concede, desde su aplicación en 1958, la libertad de circulación y residencia a cualquier ciudadano de la CEE en el conjunto del territorio comunitario. Sin embargo, las carencias de homologaciones de títulos universitarios, ciclos de formación y jurisdicciones nacionales en ciertas profesiones liberales impiden, todavía, que la regla de la libre circulación en la CEE sea efectiva para todos los 270 millones de ciudadanos de la Europa de los nueve.
A nivel científico la nueva directiva de la CEE se acompaña de una coordinación de programas entre todos los países comunitarios sobre la formación de dentistas y un período mínimo de estudios superiores de cinco años.
Después de la aplicación del libre derecho de establecimiento de médicos en la CEE, son relativamente escasos los ejemplos de médicos de. un país miembro de la CEE que se haya trasladado a otro Estado de la comunidad. Las costumbres, las razones idiomáticas y otros factores inciden en que, en el interior del propio Mercado Común, los titulares de profesiones liberales prefieran ejercer en su país de origen.
Tema aparte son las migraciones interiores de trabajadores poco cualificados, como en el caso de la población del sur de Italia, que representan un núcleo importante de la mano de obra en países más desarrollados de la CEE.
La entrada de Grecia, Portugal y España en el Mercado Común supone, en el capítulo de la libre circulación de personas, uno de los puntos capitales que crea dificultades entre los actuales Estados miembros, en especial, en la República Federal de Alemania, que teme una invasión de trabajadores comunitarios meridionales hacia las regiones más ricas de la CEE.