Entrevista:

"No puede conseguirse una política de desarrollo sin la cultura de los pueblos"

Un coloquio sobre el nuevo orden económico internacional y los nuevos valores culturales se iniciará, el próximo lunes, en el Palacio de Congresos de Madrid. Patrocina el Instituto de Cooperación Internacional (Fundación Europea de la Cultura). El presidente de este instituto, Felipe Herrera, ha explicado para EL PAIS el alcance de este coloquio. Antes definió el organismo de cuyo consejo es titular.

«Este instituto tiene un origen muy internacional. Nace de una especie de matrimonio entre un grupo de países europeos, promotores de la Fundación Europea de la Cultura, a cuya idea se adhi...

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Un coloquio sobre el nuevo orden económico internacional y los nuevos valores culturales se iniciará, el próximo lunes, en el Palacio de Congresos de Madrid. Patrocina el Instituto de Cooperación Internacional (Fundación Europea de la Cultura). El presidente de este instituto, Felipe Herrera, ha explicado para EL PAIS el alcance de este coloquio. Antes definió el organismo de cuyo consejo es titular.

«Este instituto tiene un origen muy internacional. Nace de una especie de matrimonio entre un grupo de países europeos, promotores de la Fundación Europea de la Cultura, a cuya idea se adhirió el Banco Urquijo. El campo que el instituto pretende abarcar es muy amplio. Su actividad se centra en el diálogo europeo con países árabes y de América latina. Pretende ser algo así como una entidad trilateral, proyectada a conseguir la mejora socioeconómica del mundo civilizado.»Felipe Herrera nació hace 55 años, en Valparaíso (Chile). Su formación es jurídica y filosófica. Fue profesor de política económica y ministro de Hacienda de su país cuando tenía 31 años, en el Gobierno del general Ibáñez. Fue director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional y primer presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Funcionario internacional, adscrito a la Organización de Naciones Unidas, ejerce su vida como tal en el terreno académico. Considera que la historia de América latina demuestra que aquella tierra conocerá un período de prosperidad económica y política. Con respecto a su propio país, considera el doctor Herrera que puede participarse del mismo optimismo. «El nuevo hálito político de Estados Unidos, con su defensa a ultranza de los derechos humanos, permitirá acelerar el proceso de normalización democrática de Chile, que es pedido ahora por el 99 % de los ciudadanos chilenos.»

Con el doctor Herrera participarán en el coloquio que va a iniciarse el lunes, en Madrid, destacados sociólogos, economistas y especialistas en la cultura, procedentes de países de todos los continentes. Por dar una idea citaríamos al escritor peruano Vargas Llosa, al economista español Ramón Tamames y a Lorenzo Natali, vicepresidente del Mercado Común Europeo.

Pregunta. ¿En qué sentido contribuye este coloquio internacional a la idea que el instituto defiende?

Respuesta. Queremos contribuir a divulgar las posibilidades de desarrollo global que existen en el mundo y ofrecer esas perspectivas Felipe Herrera a los Gobiernos y a las sociedades cuyo marco de acción trasciende las naciones. Nuestro planteamiento es que hemos superado el tiempo de las políticas nacionales y hemos entrado en un período de problemas y soluciones intercontinentales. La nuestra es una civilización planetaria, a la que hay que enfrentarse con responsabilidad intelectual y tratando de lograr puntos de contacto cada vez más sólidos entre las diversas culturas.

P. Se habla de «nuevo orden económico internacional». ¿Cuál va a ser, en realidad, la temática del coloquio?

R. La humanidad no consigue nada reorganizando, sin más, la economía. Hay que abandonar el concepto desarrollista que imperó en un tiempo y que ya no nos basta. Es preciso evitar que el desarrollismo desnaturalice el papel del hombre en la historia, a través de una serie de valores de carácter cultural. La cultura, como sistema de vida auténtico, debe perseguir un tipo de civilización planetaria lo más equilibrada posible. Quizá se le ha dado mucho énfasis al desarrollo de la máquina y se ha hablado poco del, porvenir cultural del hombre. Al hombre hay que darle su cultura si se le quiere ofrecer un desarrollo eficaz.

El segundo tema del coloquio se refiere a los organismos regionales, que han surgido de la agrupación constante de países, no sólo por motivos económicos, sino como consecuencia de necesidades culturales y políticas. En Europa es obvio que se ha llegado con más facilidad a la unión económica que al acercamiento cultural y político. La agrupación de países funciona ya prácticamente en todos los continentes.

El proceso de integración debe servir como factor de cohesión, en el que la dimensión cultural ha de jugar un gran papel.

El tercer punto de la agenda de este coloquio se refiere a las políticas culturales ante el nuevo orden económico internacional.

P. ¿Qué criterios tiene usted sobre este temario?

R. Hay que dar a los pueblos la oportunidad de definir su identidad cultural, sin perder las ventajas que ha aportado el progreso tecnológico. Los pueblos que reclamen su pasado y deploran la dominación colonial no pueden pretender una solución como la que quería Gandhi para la India. No puede volverse al primitivismo para recuperar la identidad cultural. Debe haber modos para que la conjunción del progreso tecnológico y los valores culturales tradicionales coexistan.

P. La raíz de todas estas iniciativas está en la Fundación Europea de Cultura. ¿Podría definirnos el propósito de esta entidad?

R. La Fundación Europea de la Cultura es una entidad que tiene ya veinte años y que ejerce sus actividades desde Holanda, donde está su sede. Ha estimulado iniciativas como las de la creación de este instituto. Antes de éste, surgieron uno, en Francia, dedicado a la educación, y otro en Bonn, dedicado a la investigación ecológica.

P. Usted es también presidente del consejo directivo del Fondo Internacional de la Cultura, cuyos objetivos son, en cierto modo, paralelos al del coloquio que comienza ahora en Madrid.

R. Esa entidad de la que usted habla es fruto de una iniciativa de varios países. Su propósito es el de cooperar con la UNESCO para estimular aquellos programas culturales que carezcan de financiación nacional. Se apoya la cultura no desde un punto de vista elitista, sino para acrecentar el carácter creativo del hombre. En nuestro programa está la defensa del patrimonio cultural de los pueblos por encima de las dificultades económicas que tengan las naciones en las que ese patrimonio se halle. Acudimos a cualquier lugar con nuestra ayuda porque creemos que el concepto de cultura trasciende las naciones.

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