Cartas al director

Prohibido ver las rosas

El pasado sábado día 27 de mayo me fui a pasear al parque del Oeste con mi familia, que tenían muchas ganas de ver la Rosaleda, que tiene fama de ser de las mejores de Europa y que en mayo está tan concurrida. El día era agradable y después de dar muchas vueltas, pues no sabíamos exactamente dónde estaba, llegamós allí y vemos que en la puerta hay varias personas hablando con los dos guardias que allí se encontraban, con la orden de impedir la entrada a toda persona que quisiera entrar. Todos los que allí no encontrábamos empezamos a hablar de lo injusto de tal medida, y viendo cómo detrás de ...

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El pasado sábado día 27 de mayo me fui a pasear al parque del Oeste con mi familia, que tenían muchas ganas de ver la Rosaleda, que tiene fama de ser de las mejores de Europa y que en mayo está tan concurrida. El día era agradable y después de dar muchas vueltas, pues no sabíamos exactamente dónde estaba, llegamós allí y vemos que en la puerta hay varias personas hablando con los dos guardias que allí se encontraban, con la orden de impedir la entrada a toda persona que quisiera entrar. Todos los que allí no encontrábamos empezamos a hablar de lo injusto de tal medida, y viendo cómo detrás de la puerta y a través de sus barrotes un grupo de alemanes altos, rubios, indiferentes a lo que sucedía a pocos metros de ellos, observaban plácidamente las ros.as, relajándose con su aspecto, y recreándose con su olfato, al sol del día de primavera, cosa que a los demás se nos impedía disfrutar.Los guardias nos dijeron que habláramos con la señorita encargada de acompañar a los alemanes en su visita por la Rosaleda. Dicha señorita nos comunicó que cumplía la orden dada por el señor alcalde de Madrid, que había prohibido la entrada a toda persona no alemana.

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