Naufragio de un pesquero en Canarias

El cadáver del cocinero del congelador español Reina Cristina, que se hundió la noche del pasado jueves a sesenta millas al sur de la isla de Gran Canaria, fue hallado por el remolcador de la armada Raz-2 flotando en las aguas próximas al suceso.

Casi al mismo tiempo del hallazgo, llegaba al puerto de la Luz de Las Palmas el pesquero soviético Garpovnior Prokepenko con los quince supervivientes del naufragio a bordo. Según las primeras noticias que hemos podido recoger, el siniestro ocurrió poco después de las cinco de la tarde del jueves, cuando los tripulantes comenzaron a not...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El cadáver del cocinero del congelador español Reina Cristina, que se hundió la noche del pasado jueves a sesenta millas al sur de la isla de Gran Canaria, fue hallado por el remolcador de la armada Raz-2 flotando en las aguas próximas al suceso.

Casi al mismo tiempo del hallazgo, llegaba al puerto de la Luz de Las Palmas el pesquero soviético Garpovnior Prokepenko con los quince supervivientes del naufragio a bordo. Según las primeras noticias que hemos podido recoger, el siniestro ocurrió poco después de las cinco de la tarde del jueves, cuando los tripulantes comenzaron a notar que el congelador, por causas que se ignoran, se iba hundiendo cada vez más, hecho que presagiaba un posterior hundimiento. Inmediatamente lanzaron las correspondientes llamadas de socorro al mismo tiempo que hicieron saltar las balsas salvavidas. Afortunadamente cerca del lugar donde se produjo el suceso se hallaba el pesquero soviético antes citado, que fue el primero que acudió en auxilio y logró rescatar a los quince náufragos, excepto al cocinero, que se perdió en el momento en que recogían a los de la última balsa.

Al recibirse las primeras noticias del suceso en esta capital, las autoridades marítimas dispusieron la inmediata salida del remolcador de la Armada Naval española, y el despegue del avión del Sar con la intención de localizar a los supervivientes.

El hundimiento del congelador español fue tan rápido que a los que navegaban en él sólo les dio tiempo para tomar las balsas y echarse al mar, acudiendo a las demandas de auxilio la unidad pesquera soviética que, afortunadamente, navegaba en ese momento muy cerca.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En